lunes, enero 31, 2011

INFERIA- Release for burial orgies (2005)

Desde Finlandia, un país no siempre dado a cierto tipo de animaladas, llegaba este disco, brutal, sin contemplaciones, directo a la yugular (o más probablemente a los genitales, dada la obsesión que evidencian estos chicos con el tema). La música no deja lugar a dudas: se trata de Grindcore furibundo y despiadado, temas cortos tocados a toda velocidad (16 en total, mas una intro, todo en menos de media hora) con el esquema ya habitual de esta clase de composiciones, o sea, presentación de un riff básico, preferiblemente de pocas notas y ritmo regular, y luego a reventarlo todo tocando a mil millones de revoluciones y gruñendo hasta morir. Por supuesto, nada nuevo bajo el sol o desde los tiempos en que TERRORIZER ya inventaran eso mismo, pero ahora tocado con una ferocidad que verdaderamente impresiona. Algunos temas tienen cambios y se adentran en partes más lentas, normalmente breves, a veces muy pesadas y, en todo caso, libres de sutilezas y de cualquier atisbo de complicación; la batería vuela del principio al final de los temas, ya sea a base de blastbeats extraterrestres o aporreando a contratiempo a velocidades difíciles de creer... en fin, un demonio de violencia y salvajismo que podría merendarse varias veces a sus compatriotas ROTTEN SOUND y quedarse con la sensación de no haber hecho más que empezar.

El sonido del grupo es muy metálico, con unas guitarras terriblemente afiladas, como puro acero, y una producción limpia que ha dotado al disco de mucho brillo en el sonido, tanto en las mencionadas guitarras como en la batería. El aspecto temático va exclusivamente por los derroteros del porno depravado y ultraexplícito, pero, curiosamente, nada de gore, ni siquiera porno-gore (ni tampoco porno-copro como grupos en plan INTESTINAL DOSGORGE y semejantes). El disco no incluye las letras, pero ni falta que hacen, la verdad, porque con títulos como "Víctima de una corrida", "Pedos del coño", "Elixir bucal caliente y dorado" o "De la perversión a la sobredosis de esperma", está más que claro de qué va el asunto. Y de todas formas, por si quedaba duda, van y aderezan el disco con nada menos que cien fotos de primeros planos de genitales (pequeñas, claro, pero cien), colocadas tras la bandeja interior del cd, unos auténticos angelitos, vaya. Al menos dan muestras de ingenio con ciertos títulos en los que se marcan juegos de palabras como "Sadomize", "Cock and Roll show" o ese otro tan ocurrente y apropiado de "Anusferatu" " (y en su siguiente disco continuarían esta senda cachonda dándole el elocuente título de “Fucking is a great way to get to know new people”), con lo que uno se echa unas risas y de paso no pierde de vista que esto, en el fondo, no es más que evasión y entretenimiento.


Formación:
Juha Merilaakso- bass
Jani Huttunen- guitar, vocals
Jarmo Hyytiä- guitar
Taito Soramäki- drums

Temas:
1. Intro
2. Fucked from behind
3. Red raw sore
4. Born in penis erection
5. Cunt
6. The smell of anal intercourse
7. Hot golden mouthwash
8. Cum eye
9. Sadomize
10. Cock and Roll show
11. Anusferatu
12. Extreme oral hacking
13. From perversion to sperm overdose
14. Goldenshowers by blood
15. Pussy farts
16. Preferred vaginal looks
17. Cum shot victim

Duración total: 28:11

domingo, enero 30, 2011

HOUWITSER- Bestial atrocity (2010)

HOUWITSER han vuelto, y de qué manera. De los miembros originales ya sólo queda Michel Alderliefsten a la guitarra, después de que Aad Kloosterwaard se llevara a Alex Paul y ambos parezcan haber encarrilado definitivamente la enésima reencarnación de SINISTER. En realidad HOUWITSER regresaron en el 2007, pero no ha sido hasta tres años después que han publicado este disco, con un anticipo un año antes en forma de EP que incluía dos temas recogidos también en este larga duración.

Y la renovación de sus integrantes les ha hecho ganar también variedad frente a sus discos anteriores, más monotemáticos en cuanto a sonoridades extremas. Siguen devastadores como de costumbre, pero se acercan en bastantes momentos a un Death algo más clásico y más desprovisto de los rasgos del Brutal Death que antes les absorbía por completo junto con ciertas concesiones al Grind. Y, paradójicamente, siguen sonando a SINISTER en algunas partes de “Demolished the deformed” o en esos arpegios de “Lynch the cancer” o “Vision of blood” que recuerdan a “The silent howling”, aunque los riffs en general son de confección más simple. Lo que sí hay son bastantes reminiscencias y muy claras de los DYING FETUS más veloces pero no técnicos ni groovies, como en el tema título u otros como “Conviction through torture” o “Shredded to pieces”.

Los riffs no podemos decir que sean antológicos, esa es la verdad –y el mayor inconveniente-, pero el trabajo de estructuración de los temas, cómo pasan de un sección a otra, cómo combinan los cambios de ritmo y la intensidad y variedad del conjunto son méritos suficientemente valiosos. El disco destaca en medio de la marea de grupos y grupúsculos que hacen casi todos lo mismo y, sobre todo, de la misma manera, es decir, a toda velocidad y sin otro aparente interés que la pura brutalidad. HOUWITSER han superado la presencia casi exclusiva de blasts y han aumentado su caudal de ritmos, breaks, texturas y hasta de voces, que ahora doblan o alternan en numerosas ocasiones.

Lo frustrante, como decía antes, es que no se aprecian grandes ideas en ningún tema (el propio título del álbum ya hace presagiarlo), salvo el buque insignia del disco y protagonista del mencionado EP, “Sledgehammer redemption”, o el primer minuto y medio de “Flayed, beheaded and quartered”, sin ser tampoco auténticas genialidades ninguno de ellos. Los ocho minutos de “Demolished the deformed”, por cierto, están desigualmente distribuidos y el tema pierde garra e interés en los tres últimos. El resto del disco es ameno y está muy bien trabajado, aparte de que el sonido es fabuloso, pero van a tener que estrujarse más el cerebro para dar con temas verdaderamente sobresalientes.

viernes, enero 28, 2011

DOMINATION THROUGH IMPURITY- Essence of brutality (2005)

El exbajista de LUST OF DECAY y LECHEROUS NOCTURNE, colaborador de NILE y hasta hace unos días en DIVINE HERESY, Joe Payne, se marcó en esta primera aventura casi en solitario toda una avalancha de Death Metal técnico, hipertécnico, sin descanso, un recital continuo de virtuosismo instrumental en el que toca la guitarra, el bajo, canta y compone. Para la ocasión le acompañó el monstruo de las baquetas, en aquel momento también miembro junto con Payne de LUST OF DECAY, Jordan Varela, otro multiinstrumentista con proyectos en solitario como SYMPHONY IN ACRIMONY o SHURIKEN CADAVERIC ENTWINEMENT (aquí con ayuda a la voz por parte de Jay Barnes, cantante de LUST OF DECAY) y que además ha servido en grupos como CESSPOOL OF VERMIN, DEBODIFIED, CARCINOGENIC, EPIC OF EMPYREA o los infames y depravados LIVIDITY.

Desgraciadamente, por la parte de la batería viene uno de los puntos flacos del disco (aparte de su escasa duración), no por nada achacable a su ejecución, que es tan soberbia como cabría esperar, sino porque el sonido que le sacaron resulta completamente artificial, más parecido a una caja de ritmos pero de las malas, con un timbre nada creíble, además de estar descompensada entre los distintos componentes del kit. Claro, que esto va en gustos, tanto es así que si ellos mismos grabaron el disco de esa forma será porque así es como les gusta y porque eso es lo que buscaban, pero uno no puede evitar compararlo con los otros trabajos de Varela, especialmente en LUST OF DECAY y DEBODIFIED, y el resultado es francamente negativo para este "Essence of brutality". Es más, se podrían enumerar bastantes discos de grupos que usan o han usado batería programada o de bandas de un solo miembro (como INSIDIOUS DECREPANCY o, en aquel momento, INGURGITATE), que objetivamente tienen mejor sonido de batería que éste.

Dejando al margen ese inconveniente, el disco es toda una exhibición de maestría instrumental: arpegios, escalas, riffs "matemáticos" (como los llama el propio Varela), un torrente de notas ejecutadas con absoluta precisión a las que responden con igual solvencia los redobles, blastbeats, cortes y cambios de ritmo de la batería. Son dos musicazos de primer nivel desde el punto de vista técnico y todo el disco parece estar concebido para demostrarlo y para que a nadie le quede la menor duda al respecto después de oírlo.

El disco fue grabado en Octubre del 2004 y publicado al año siguiente por Comatose Music, el sello del guitarrista de… ¡sí!, LUST OF DECAY, Steve Green, así todo quedaba en casa, y eso se nota también en el estilo general de Death Metal de DTI, que se mueve dentro de los cánones americanos del género aunque desarrollado en todo momento desde esa particular perspectiva de alarde instrumental y virtuosístico. Poco después de su publicación comenzó a extenderse y a establecerse con fuerza la tendencia, casi moda, del Death Técnico, que daría sus representantes de mayor exuberancia en la figura de grupos como THE FACELESS o BRAINDRILL.

Formación:
Joe Payne- guitars, bass & vocals
Jordan Varela- drums

Temas:
1. Essence of brutality
2. Pinned to a guardrail
3. In rat we trust
4. Self destructive malevolence
5. Terminal gluttony
6. Bit by a rat
7. Cleanse the flesh
8. Wahnsinn

Duración total: 26:11

miércoles, enero 26, 2011

INHUME- Moulding the deformed (2010)

Que la salud del metal extremo en Holanda es excelente no es ninguna novedad. La mayor aportación del país se da, sin duda, por la parte del Death Metal, con figuras emblemáticas en la gestación del género junto a otras que hoy mantienen viva y en primera línea la propuesta más salvaje y contemporánea. INHUME se mueven a sus anchas en la frontera entre el Death y el Grindcore y muestran un aprovechamiento total de ambos estilos, tanto al mezclarlos como al abordarlos por separado.

En este disco abundan las partes Death (“Cure for life”, por ejemplo) combinadas con los ritmos frenéticos y los blasts grindcore que dominaban sus discos anteriores (el tema título es una buena muestra, con unas partes gritadas totalmente NAPALM DEATH modernos y unos blasts intemporales). A lo largo de su discografía INHUME han ido aumentando la presencia y la importancia de los elementos Death en su música, especialmente la voz, pero sobre todo han ganado en diversidad de una manera muy atractiva. En su anterior “Chaos dissection order” del 2007 ya no había sólo riffs de factura simple, blasts y chillidos como en sus dos primeros trabajos, pero seguían presentes, y en esta cuarta entrega mantienen esta tendencia.

Por eso mismo, la mayor virtud del disco es la variedad de ritmos que recorre, desde los acelerones medio hardcoretas a los blasts ortodoxamente grind pasando por casi todo lo que queda en medio, desde un enfoque Death sin florituras. Una excelente prueba de ello es el segundo tema, “Pandemic”, aunque los ejemplos se suceden de continuo. También la alternancia de las voces guturales y chillonas ayuda a hacer amenos los catorce temas de este “Moulding the deformed”.

El sonido es contundente, denso y algo pastoso, pero se distingue a la perfección, y brutalidad tienen para dar y regalar. Les falta, como tan a menudo sucede, inventiva, personalidad, crear partes memorables, lograr dar la impresión de que el resultado no es genérico y que ofrecen algo que los diferencia de los otros miles de bandas que ya existen.

lunes, enero 24, 2011

TERMINALLY YOUR ABORTED GHOST- Slowly peeling the flesh from the inside of a folded hand (2005)

Caos, imaginación, brutalidad, talento... Cuando confluyen semejantes virtudes en un solo disco, a la fuerza tiene que salir algo sorprendente y digno de atención, y teniendo en cuenta la de cientos de bandas que pululan en el universo extremo haciendo todas casi lo mismo, un disco como éste es todo un hallazgo. Con un nombre extraño como pocos (¿qué demonios es eso de "En fase terminal tu fantasma abortado"?), una portada perturbadora y confusa en la que ni siquiera aparece el nombre del grupo (con un Cristo descrucificado suplicando entre cadáveres comidos por cuervos mientras a su espalda una horda de guerreros es despeñada precipicio abajo por demonios alados sobre un fondo de tormenta y rayos), y un título igualmente desconcertante como "Separando lentamente la carne del interior de una mano doblada", uno ya puede hacerse una idea aproximada de lo que va a encontrar aquí.

Y, efectivamente, encuentra algo insólito, repleto de creatividad y variedad pero también de salvajismo y destrucción sónica. Partiendo de elementos de Brutal Death y Grindcore, estos TYAG hacen todo aquello que les viene en gana, por inesperado que resulte: estructuras cambiantes y retorcidas en las que van añadiendo y amontonando casi cualquier cosa, riffs impenetrables, disonancias, armónicos, arpegios limpios, voces guturales que dejan paso a gritos histéricos, blastbeats ultrasónicos, breaks mastodónticos, estampidas indescifrables, de pronto unas guitarras acústicas, insinuaciones de ritmos metalcorianos y hasta algún flirteo casi jazzístico... Está claro que no se ponen límites y que lo que orienta desde el principio su propuesta es la más irreductible inquietud musical en medio de un contexto de brutalidad extrema, lo cual es muy de agradecer (quizá sea indicativo que el bajista aparezca con una camiseta de Opeth en la foto interior, o detalles como que graben bastantes pasajes a dos guitarras aunque la formación cuente con un solo guitarrista). A pesar de venir de los USA, no tienen nada que ver con las convenciones habituales del Brutal americano más ortodoxo, ni tampoco persiguen hacer exhibición de técnica instrumental, lo suyo es algo así como el espíritu de unos VOÏVOD en su mejor época del “Dimension Hatröss” hibridado con las cafres excentricidades de CEPHALIC CARNAGE, todo ello multiplicado por cien mil y presentado en forma de masacre Deathmetálica de temática gore-patológica al primitivo estilo CARCASS. Un prodigio de eclecticismo en el que no buscan la mezcla de tendencias sino la superposición de elementos extremos, y cuanto más chocantes mejor. En cualquier caso, no apto para mentes estrechas, oídos conformistas o gentes que disfruten con lo previsible y rutinario.

El disco fue editado en el año 2005 por el sello japonés Macabre Mementos –un año después el grupo sacó sus últimas publicaciones antes de separarse, dos EPs en una línea muy similar a este cd- y presenta una producción acorde con su planteamiento musical, o sea, con una intensidad descomunal y un sonido crudo y algo oscuro (nada que no pueda modificarse con un poco de ecualización, al gusto del oyente) pero nítidamente audible y que permite distinguir todos los instrumentos, un buen equilibrio sonoro entre éstos, la caja de la batería con pegada y definición, un bajo de ultratumba y una guitarra desquiciada y asesina. Pese a lo dicho, no suena en absoluto como algunas de esas producciones excesivamente  digitales y frías, al contrario, aquí todo raspa, cruje y chirría, y al final es fácil imaginarse que está uno metido en medio de ese abismo de caos apocalíptico que presagia la portada.


Formación:
Nick Lang- Drums
Devon Wedge- Vocals
Adam Spalding- Bass
Matt Rowe- Guitars

Temas:
1. Rotted entrails, gagged by semen
2. Neuropathic embolism
3. Pseudo suspended animation
4. Transplant fixture
5. Fractionally digested vowel structure (interlude)
6. Entry stabwound
7. A ubiquitous aftermath of sorts
8. Perpetuating human murder
9. Body crowded corridors (interlude)
10. An analogy like a snuff film
11. Slowly peeling the flesh from the inside of a folded hand
12. Undying corpses of joy

Duración total: 28:51

sábado, enero 22, 2011

CHRIST HATE- Christ Hate (2009)

Primer trabajo bajo el nombre de CHRIST HATE por parte de Derek Engemann, bajista en directo de CATTLE DECAPITATION, entre otras varias bandas en las cuales participa. Se trata prácticamente de un proyecto en solitario, ya que se encarga de todas las labores vocales e instrumentales salvo la batería, donde cuenta con la ayuda de James King, compañero en UNMERCIFUL y también exbatería en otras ilustres formaciones como ORIGIN y VIRAL LOAD. Lo que ofrecen entre los dos es un Black satánico y malévolo tocado a cienmil por hora, un misil de odio que a ratos hace incursiones en atmósferas más Death pero que en general se mantiene fiel a los cánones de los MARDUK más rápidos y destructores. No obstante, aquí encontramos temas sensiblemente más largos: sólo uno de los ocho que presentan baja de cinco minutos, y por poco, lo que configura un disco más que generoso en su extensión -51 minutos- pero que, sin embargo, pasa como un suspiro.

Los riffs caen dentro de los estándares ortodoxos del Black, con diseños simples y muchos trémolos de una sola nota, pero hay algo en la ultravelocidad de los blasts y en su furia monotemática que los emparenta con los VITAL REMAINS de “Dechristianize”. También la segunda voz más grave con la que doblan el registro Black y chillón principal recuerda a Glenn Benton en esa grabación. Y, no sé por qué, pero se deja sentir un halo de la autenticidad y el carisma de SLAYER en toda su ambientación anticristiana, lo que les hace ganar en credibilidad a la hora de presentarse con un mensaje que a priori podría parecer manido e intrascendente.

El primer tema es de pura antología: viniendo de un grupo que se llama CHRIST HATE y con un título como “Anthem” ya promete, pero es que realmente está a la altura de las expectativas y más aún. Un demonio desatado, unas voces que gritan poseídas por el propio Belzebú, un coro repitiendo obsesivamente “I hate Jesus” (y que retoman al final del disco) sobre un fondo sonoro que pasa magistralmente de los predominantes pasajes Black a fragmentos más pesados y Death. Casi siete minutos de declaración de principios a todos los niveles, musical y letrístico, con un resultado insuperable.

La única pega es que el resto del disco no varía apenas respecto de estas premisas y los temas y los riffs acaban pareciéndose demasiado entre sí, aparte de que no vuelve a aparecer ningún tema con la brillante y pegadiza inspiración genial de “Anthem”. De vez en cuando se insinúa una guitarra solista a través de un fugaz relleno, sigue el doble ataque vocal en medio del apocalipsis de blasts y riffs diabólicos, y el sonido en todo momento es devastador, lo que no evita que se eche en falta una mayor diversidad de ideas e incluso una pizca de originalidad. Pero, aun con eso, el resultado global es efectivo y convence plenamente.

jueves, enero 20, 2011

WHORRID- Time heals nothing (2009)

Este disco es un plomazo, no hay mucho más que añadir. Básicamente es una sucesión de riffs ramplones a más no poder, ese es su mayor problema. Si hubiera premios a los grupos menos inspirados, WHORRID harían bien en engalanarse para la ceremonia de entrega, porque tendrían muchas posibilidades de ganar. Los riffs son sosos en extremo, tanto que parecen sacados del cajón de los deshechos, allí donde van a parar las ideas que los músicos rechazan a medida que componen. No valdrían siquiera para caras B. Pero es que aparte de unos riffs escandalosamente anodinos, repiten partes hasta la saciedad, las líneas vocales no tienen el menor atractivo, los solos de guitarra parecen el ensayo de un principiante (y a veces hasta suenan fuera de tono, y no porque sean disonantes adrede), y así todo. Aparecen una intro acústica, algunos arpegios limpios, un tema a modo de interludio y unas líneas de bajo que son lo único que parece salvarse de la quema –sin tampoco ser extraordinarias-, pero es que nada sirve ante la falta total de ideas e inspiración.

Si alguien quiere malgastar su tiempo en comprobarlo, le bastará con el primer tema, “Infecting the soul”, muestra perfecta de lo que depara el resto del disco. El riff del segundo minuto, sobre una sola nota con un adorno final, es una prueba clara de lo que digo. Al poco rato lo sustituye otro igual o peor por su simplismo, luego vuelven al anterior y tras dos minutazos seguimos igual. Un desastre. Y poco más ofrecen, algunos mínimos pasatiempos rítmicos al principio con los que deben pensar que ya han cumplido con los requisitos del buen Thrash Metal de regusto técnico, y se acabó lo que se daba. El resto del disco sigue las mismas directrices, con solos espantosos como en “Evil thoughts”, donde lo único peor que el propio solo es el soporífero acompañamiento sobre el que se desarrolla, o en “Society”, donde sucede otro tanto. Y de remate, la tontería final de “Lap dance”, con su base techno, sería graciosa en otro disco, o al menos indiferente, pero no en éste. No sé qué piensan algunas compañías cuando publican ciertos discos, y se me ocurre fácilmente una larga lista de grupos que se autoeditan sus propios trabajos con una calidad a años luz de este “Time heals nothing”.

martes, enero 18, 2011

VOMITOUS- Surgical abominations of disfigurement (EP, 2010)

Desde luego estos suecos no han inventado la pólvora, ni mucho menos, pero tienen un par de puntos importantes a su favor, que ahora explicaré. De entrada conviene aclarar que lo suyo es Slam Brutal Death (no dejarse engañar por la portada en blanco y negro ni por el logo), en la onda de grupos como AWAITING THE AUTOPSY, BEGGING FOR INCEST, CUMBEAST, etc. Partes pesadas y moderadamente groovys que alternan con pasajes rápidos, ataque vocal pluriforme –gutural, gruñidos, weewees-, mucho palm-mute en los riffs… Nada nuevo en cuanto a esto, y de VOMITOUS no se puede decir que sean originales ni que planteen alternativas o novedades.

Pero por suerte existen otros méritos, y lo que sí tienen es una cierta personalidad y algunos rasgos reconocibles, que no es poco. Especialmente en las tareas compositivas, donde muestran una clara tendencia a usar fórmulas a las que recurren varias veces (y lo hacen en los cuatro temas de este EP, lo que demuestra que no es casualidad): aparte de intercalar continuamente partes pesadas y rápidas, les gusta, por ejemplo, repetir unas cuantas veces un mismo riff cambiando el ritmo de la batería, o también hacer que algunos riffs reaparezcan a lo largo de un tema; dentro de los habituales patrones del Brutal Death esto no es lo habitual, y el hecho de que en ellos sea algo deliberado ya es un síntoma de voluntad de estilo.

Por otra parte, en términos objetivos este tipo de fórmulas ayuda a que cada tema tenga entidad y no se acabe convirtiendo en una ristra de riffs que no tienen relación unos con otros y que dan la sensación de ser intercambiables. Las estructuras de VOMITOUS ganan así en coherencia y los temas ofrecen un aspecto sólido, una identidad más o menos homogénea, pese a que los continuos cambios de ritmo son, en general, un tanto caprichosos.

Su otro gran mérito es que… caramba, tienen gancho. No siempre, la verdad, pero en distintas partes surgen riffs que, aun siendo simples e incluso genéricos, te dejan con el gusanillo de querer volver a oírlos. Algunos grupos tienen gancho y otros no, es así de simple, y en esta primera y modesta entrega VOMITOUS prometen. No obstante, también hay otros muchos momentos en que uno se distrae con facilidad a no ser que estés haciendo el esfuerzo continuo de atender a la música, pero es que al cabo de un rato los ritmos se repiten, los riffs se parecen –al igual que los títulos-, los ambientes no varían, el sonido te acaba envolviendo en una especie de nube indefinida… Tienen potencial para llegar a publicar un larga duración más que digno si desarrollan sus  mejores facetas, pero por ahora habrá que esperar.

lunes, enero 17, 2011

VOIDS OF VOMIT- Veritas · Vltima · Vitae (EP, 2010)

VOIDS OF VOMIT es un grupo italiano que presenta con este EP su primera publicación oficial propia tras un Split en el 2008 con sus compatriotas MORBID UPHEAVAL y una Demo un año antes. Su propuesta es Death Metal Old School y cuenta con un convincente sonido plagado de oscuridad, frecuencias graves y mucha actitud, aparte de una voz cadavérica con cierto tono difuso y reverb desmadrada que, la verdad, le sienta muy bien. Rítmicamente se centran en medios tiempos que alternan con partes aceleradas pero nunca a velocidad de vértigo, y los blasts brillan por su total y absoluta ausencia.

Su mayor baza es que resultan creíbles, prácticamente transportados de mediados de los 90 sin que se adivine en su música ningún rasgo moderno que los delate. Su sonido proviene a partes iguales de GRAVE e INCANTATION, pero la factura de los riffs es de una inspiración directamente sacada del “Harmony corruption” de NAPALM DEATH: si suprimimos los blasts, el resto de ese disco es la paleta de la que han sacado buena parte de los materiales para este “Veritas · Vltima · Vitae”, con un ejemplo paradigmático en el principio de “Cvrsed void”, entre otros varios diseminados aquí y allá. También los cambios de ritmo recuerdan a los de aquel álbum de los británicos, cuando empezaban a adentrarse en los vericuetos del Death Metal (siempre desde su peculiar aproximación): bruscas paradas que después continúan por donde menos cabe esperar, sin enlace ni transición.

La labor compositiva no aporta nada nuevo, como desde luego no lo hace la orientación general de la banda, y tampoco se puede decir que anden sobrados de inspiración, ya que tras varias escuchas no sobrevive ningún riff particularmente memorable o agraciado. Por otra parte, presentar sólo cuatro temas –a los que añaden una versión de DEATH- parece algo tacaño por su parte, aunque quizá sea la medida justa para que resulten atractivos sin llegar a aburrir o volverse repetitivos.

sábado, enero 15, 2011

ENGORGED- Where monsters dwell (2004)

Otro disco que trae grandes dosis de variedad, energía y agresividad, demostrando la vitalidad de tantas propuestas que aspiran a algo más que a repetir tópicos. En este caso el tercer y último disco por ahora de los americanos ENGORGED, una pieza soberbia de Thrash Metal hardcorero, un portentoso híbrido que tiene un pie en raíces que demuestran conocer sobradamente y el otro en las tendencias contemporáneas del metal extremo, todo ello gestado con verdadera entrega y amasado con toneladas de potencia y músculo. Sus influencias más evidentes son el Thrash Metal primigenio de los 80, cuando el estilo surgió de la aceleración desenfrenada de ritmos hardcore y de la intensificación de la faceta más agresiva del metal tradicional, pero pasado por el tamiz del siglo XXI: aquí no hay pastiches ni plagios disfrazados de tendencia retro, pero tampoco Thrash pretendidamente moderno. Aquí lo que hay es energía a raudales, mucha actitud y, por si eso fuera poco, unos temas inteligentemente compuestos, con continuos cambios de ritmo -pero sin resultar difíciles o enrevesados- y que no dejan ni un segundo de respiro al oyente. Riffs clásicos (el principio de "Stinger", por ejemplo), junto a las habituales partes mosh en mitad de casi todos los temas, se combinan con blastbeats de vértigo, recordándonos que desde los tiempos de AGNOSTIC FRONT o DISCHARGE los patrones compositivos se han enriquecido de manera increíble y que ellos aprovechan a la perfección todo ese bagaje.

De alguna manera traen a la mente a grupos como GRIMFIST o los holandeses KATAFALK, no porque exista un parecido musical entre ellos, sino porque el hecho de incorporar elementos extremos, incursiones en la brutalidad más actual o los infalibles blastbeats, no les convierte a ninguno de ellos en grupos de Death ni de Grindcore, pero tampoco se los puede emparentar con las huestes de Mille Petrozza de hoy día: un tema como "Skull and crossbones" podría figurar sin problemas en el "Endless Pain" de los alemanes, pero sólo hasta que, transcurrido medio minuto, el primer cambio de ritmo nos devuelve de golpe a pleno siglo XXI.

Y así sigue el resto del disco, todo un cúmulo incesante de virtudes: líneas vocales pegadizas y con gancho, un cantante que no para de ladrar y al que responden los coros macarras de lo que ellos mismos llaman "gang vocals" (hay incluso un par de momentos de voces guturales), una base rítmica incansable, algunos solos y leads de guitarra muy oportunamente situados, y mosh y más mosh hasta que no quede cuello sano. Otro punto interesante de este "Where monsters dwell" es el letrístico, ya que todo gira, como anuncia el título y repiten las intros de los temas, alrededor de historias de monstruos, en la típica estética de comic de terror pero con grandes dosis de humor: por aquí desfilan hombres lobo, calamares gigantes, la Cosa, sanguinarios piratas, y, cómo no, los omnipresentes ejércitos de zombis capitaneados por Satanás. El concepto gráfico del disco va también en esa línea, con sus correspondientes ilustraciones de engendros infernales de lo más variopinto.

Por último, un vistazo a la lista de agradecimientos aporta información más que relevante, porque en ella surgen nombres como TANKARD, EXHORDER, S.O.D., NUCLEAR ASSAULT, D.R.I., SUICIDAL TENDENCIES, CRYPTIC SLAUGHTER, ANTHRAX (aparte de otros como el Monstruo del lago Ness, el Hombre de las nieves, Godzilla, John Carpenter o Peter Jackson, suponemos que éste último de cuando hacía genuino y descacharrante cine gore, antes de hacerse famoso con la trilogía de los dichosos anillos). El disco recoge también otros guiños u homenajes al pasado, como el grito del "Crush Kill Destroy" que ya vociferara el difunto Peter Steele con sus CARNIVORE hace ahora veintiséis años, la paráfrasis en el tema "Chaingang" del estribillo del "Sargent D and the S.O.D." de aquel mismo año, y, sin duda, el más descarado de todos: la aparición en plena portada del propio Sargento D de los S.O.D. En definitiva, un discazo lleno de sabiduría metálica y de lo más logrado en todos los aspectos.

Formación:
Dave- lead vocals, m19ssm rocket launcher
Ryan- lead guitar, null ray
Noah- lead guitar, ionic displacer rifle
Kevin- bass, plasma blaster
Shad- drums, "slagmaker" fusion cannon

Temas:
1. D'compose
2. Stinger
3. Architeuthis
4. The Thing
5. Chaingang
6. Abominus
7. Skull and crossbones
8. Werewolf militia
9. Rotld

Duración total: 42:23

viernes, enero 14, 2011

VILLAINS- Lifecode of decadence (2009)

Qué gusto da encontrarse con grupos que no siguen a rajatabla los cánones de ningún género, como estos VILLAINS americanos, quienes no parten de directrices preconcebidas, sino que hacen lo que buenamente les apetece y luego el resultado suena a Thrash, Death, incluso Hardcore (en “Headless excruciator” o algunas partes de “On the prowl”), y posee también un deje Black, particularmente en la voz y en muchos riffs, siempre con un gustillo retro pero no totalmente Old School. Y además todos estos ingredientes aparecen a veces mezclados, a veces alternando unos con otros y a veces yuxtapuestos, es decir, simultáneos pero no mezclados. Total, una gozada.

Me los imagino apareciendo por el local de ensayo en plan “mirad lo que se me ha ocurrido”, “genial, vamos a ver por dónde seguimos”, mientras que el sistema de trabajo de tantos y tantos grupos, sobre todo noveles, parece consistir en “esta es la fórmula según el manual, vamos a aplicarla y a rellenarla con unos riffs más o menos aleatorios e impersonales”. Es fácil, todos sabemos la receta para tal o cual género y todos podríamos hacer un tema ortodoxamente death o black, cuatro ingredientes conocidos y listo. Pero –y no es un juicio personal- esto, por definición, mata la creatividad y limita la expresión de los grupos. Pues bien, VILLAINS están tan por encima del problema que han alcanzado esa gloriosa libertad creativa que parece haberse perdido en gran parte de la música extrema.

Luego a cada uno podrán gustarle o no los temas, esa es otra historia, pero que lo que hacen les sale del alma no puede negarse, y eso siempre es un buen comienzo. En general tiran sobre todo hacia el Thrash crudo y callejero, pero la diversidad de influencias aparece a lo largo de todo el disco. Tampoco tienen el menor inconveniente en incluir partes solistas o en usar ocasionales voces limpias, y lo cierto es que todo lo que hacen resulta coherente y tiene sentido. Y cuando les da por lanzar histéricos chillidos agudos, como en la mencionada “Headless excruciator”, “Scumbag preacher” o “Crawl to the cave”, añaden un nuevo componente entre lo macarra y lo cómico que les sienta de maravilla. Hay un cierto elemento de excentricidad constante en su música, pero no porque ésta sea experimental, progresiva o vanguardista –nada más lejos-, sino porque es espontánea y casi siempre imprevisible. El resultado es un disco fresco, honesto, con la actitud de DARKTHRONE -y buena parte de su sonido, incluido el más reciente-, pero también agresivo y rabioso, una más que necesaria dosis de Thrash/Black primitivo y lleno de vitalidad.

jueves, enero 13, 2011

MORBUS CHRON- Creepy creeping creeps (7'' EP, 2010)

¿Cómo es posible semejante montaña rusa de impresiones en sólo dos temas? En apenas siete minutos pasamos de una primera sensación formidable a una… decepción, sí, que además hace sospechar males mayores, dado el peculiar formato y extensión del trabajo.

Este EP de 7 pulgadas presenta, como digo, dos temas, y del primero no puedo afirmar que sea un tema prometedor, porque no promete nada: lo que ofrece está ya realizado y completo, y es fabuloso. Death de la vieja escuela, pero con un nosequé –un algo que no podría explicar porque tampoco logro situarlo- que les da una credibilidad absoluta. Está tocado con tal honestidad y compuesto con tal inspiración que el conjunto resulta Old School pero de una forma totalmente genuina. El sonido, la voz, los riffs, los cambios de ritmo, la atmósfera que crean… todo parece sacado del mismísimo año 91. Son suecos, aspecto que juega a su favor, pero eso no les regala nada, y si en este primer tema logran lo imposible es por méritos propios y sin plagiar a nadie, pese a las previsibles influencias.

Sin embargo, llega el segundo tema, “The hallucinating dead”, y… ¿Qué les ha pasado? ¿Son el mismo grupo? El sonido se mantiene y la voz es la misma, pero la composición es penosa, dicho sin paños calientes. El tema tiene DOS riffs. Un minuto para el primero y dos para el segundo. Punto, ahí acaba. En el segundo la voz escupe un par de frases sobre el mismo riff pero trasportado al registro grave (son tan cortas que hasta caben aquí: “Cosmic dimension, mind-made invention, in madness we dread, the hallucinating dead”), y luego hacen un amago de trabajar sobre el riff doblándolo con unas sugerentes líneas solistas, pero nada de eso lo salva del desastre. De hecho, parece un simple boceto, un par de ideas que hubiesen grabado en casa cuando de pronto les han venido a la cabeza.

El abismo que separa ambos temas a nivel compositivo es difícil de creer. De la variedad que había en el primero gracias a los geniales cambios de ritmo -o a detalles como el parón del bajo o el solo de guitarra- no queda nada cuando llegamos al segundo. Y con ello se pierde la densidad que alcanzaba aquél y la fuerza evocadora que desprendía, con esa voz de ultratumba que presidía todo y que después desaprovechan de forma escandalosa. Tienen otros cuatro temas grabados en demos que no he oído, pero a la vista de esta primera publicación oficial podríamos temer que lo han dado todo y han tocado su cima con un solo tema, lo que sería una tragedia para ellos. Sea como sea, no se comprende cómo es posible tal desproporción entre tema y tema y de manera tan extrema, especialmente siendo ésta su carta de presentación.

martes, enero 11, 2011

CENOTAPH- Putrescent infectious rabidity (2010)

Quinto disco de los turcos CENOTAPH, en la línea habitual de sus anteriores trabajos, brutalidad extrema, blasts y una voz cadavérica y ultragutural. Todo lo que tienen de fieles a un estilo lo tienen de previsibles y de poco personales. Suenan a un montón más de grupos de Brutal Death de los que apenas se diferencian y a los que no aportan nada significativo.

Aparte de lo poco que les luce el trabajo compositivo, en este disco sufren otros males añadidos, especialmente la producción: tienen un montón de riffs técnicos o medio técnicos pero el sonido impide distinguirlos, con lo cual la marea de notas que están descargando se pierde sin que uno llegue a enterarse, todo un contrasentido. Y la batería suena exageradamente alta, tanto que tapa al resto de los instrumentos, aparte de que ni ella misma está equilibrada en el sonido de sus diversos componentes y la caja destaca más de la cuenta. Lo único que se libra es la voz, pero casi habría sido mejor lo contrario, porque su aportación consiste en un ruido más o menos difuso, sin ninguna sensación rítmica y sin patrones definidos.

Los ritmos van de los conocidos blasts a partes más pesadas (como en “Pustulation with swarming insectoids”), con algunos rápidos fragmentos de unión, no tan largos como para que lleguen a ser breaks, y algunos redobles y cortes de batería que pueden resultar lo más interesante del disco (junto a la portada, obra de Toshihiro Egawa, o el tema “Paroxysmal mutation”, conciso y eficaz). Pero aparte de esos ritmos no hay muchas más opciones ni se permiten variar demasiado en este aspecto, y cuando lo hacen es para introducir una ralentización de lo más insustancial en el tema “Gorenographic pervert victimology” o para grabar un tema entero en la misma línea, “Embryobscure hypnosis - Womb of decay”, con el que cierran el disco y que se vuelve soporífero, aparte de no pegar en absoluto con lo que han ofrecido hasta ese momento. De paso, si descontamos estos insulsos cuatro minutos y medio finales de puro relleno, el disco se queda en veinticuatro minutos, una prueba más de la escasa creatividad de estos chicos.

CENOTAPH pecan de lo que han pecado siempre, una alarmante falta de inventiva y una sensación general de vulgaridad, en el sentido de ser del montón. Los propios títulos son una acumulación de tópicos que a estas alturas están más que vistos y hasta superados, y parecen una mera unión de palabras gore sacadas al azar de dentro de una bolsa (o hechas con el “Black Metal titles generator” que circula por internet, pero en versión gore, que sería lo mismo). Valgan como ejemplo los ya citados o el mismo título del disco, y como antecedente el hecho de que ya unieron las partes iniciales de sus dos primeros cds cuando los reeditaron en uno solo y no se notaba la diferencia. Pues así todo.

lunes, enero 10, 2011

AMOK- Downhill without brakes (2008)

No doy crédito: estos tíos están copiando a los primeros ANTHRAX con un descaro inconcebible… Qué digo copiando, están directamente usando trozos de sus canciones y ensamblándolos en canciones que presentan como propias. Esto no es un caso de falta de personalidad, ni tan siquiera de influencia desproporcionada por parte de un solo grupo clásico (como le ocurre al último disco de ANIHILATED respecto a SLAYER), qué va, esto es simple y puro plagio.

Pero vayamos por partes, porque, paradójicamente, la cosa es aún más enrevesada. El disco empieza con una melodía de bajo a la que se unen unas majestuosas guitarras para dar comienzo a “Murder city”, entra la batería marcando el ritmo y todo va fenomenal… pero cuando a los 00:45 empieza el primer riff como tal, uno levanta la cabeza con gesto de sorpresa y dice “coño, cómo suenan a ANTHRAX”. Parecidos razonables, nada del otro mundo. Pero veinte segundos después entra la voz y entonces la sorpresa se vuelve pasmo, porque ese timbre totalmente Belladonna y esa línea vocal no dejan lugar a dudas: esto no es coincidencia. El tema sigue por lo mismos derroteros y en el minuto y medio el estribillo confirma las peores sospechas. Pero quizá sea sólo este tema y habrá que darles el beneficio de la duda.

Pues no: el siguiente, “Sectioned”, empieza exactamente con el mismo refrito intolerable de ANTHRAX. Estoy por levantarme y desempolvar los vinilos para localizar cada riff, cada ritmo, cada línea vocal... pero me contengo. Suena en mi cabeza un trozo del “Finale” de “Persistence of time”, en el minuto 02:22 algo en mí espera oír la frase “I think the Devil lives in California” (aunque es extraño, porque el plagio llega hasta el año 90, es decir, la época pre-John Bush)… Lo dicho, me quedo con las ganas de sacar la colección de vinilos, pero lo más triste es que ni siquiera me haga falta.

Y ahora viene el colmo de la extrañeza: en el tercer tema, “False flag”, desaparece el elemento clónico y empiezan a sonar como… bueno, como algo que no es ANTHRAX. Algo falto de personalidad, que suena a muchas otras cosas pero que ya no es una reminiscencia continua. Es Thrash de libro, sencillo pero efectivo, se parece un poco a ANTHRAX pero también a EXODUS, o a muchos otros, o a ninguno en particular y a todos la vez. Pero al menos ya no se parece a nadie en concreto. Hasta la voz ha cambiado y ya no es el gemelo extraviado de Belladonna. Y el siguiente tema sigue igual, Thrash resultón, con un punto macarra, incluso más personal que el anterior. Parece que pasó lo peor y que lo de antes fue un mal sueño.

Pero no. Faltaba lo peor: empieza el tema-título y… por dios, es el Riff de “A.I.R.” con unas pequeñas variaciones. En serio, ¿están de coña o qué les pasa? ¿Por qué no hacen un grupo de versiones? Y cuando parecía que la cosa no podía empeorar, llegamos al minuto 03:37 y la melodía de la voz es de auténtico juzgado de guardia. No sé si está en “State of Euphoria” o en qué disco, pero eso lo he oído antes. Y en el siguiente tema, “Intervention”, ya no tengo duda, es una mezcla de fragmentos de “Who cares wins” y “Schism”, libremente maquillados y camuflados en medio del barullo de otra serie  de riffs imitativos y de cambios de ritmo robados a Charlie Benante. De verdad, no doy crédito. El riff inicial del “Conquer all” de BEHEMOTH también está calcado de “Be all, end all”, pero cabe suponer que fue una casualidad o un mero despiste. A estas alturas del disco de AMOK nadie en su sano juicio podría pensar tal cosa de estos escoceses.

Y de remate, nueva vuelta de tuerca: los dos últimos temas siguen las directrices del tercero y el cuarto. ¿Serán dos grupos paralelos? ¿Un solo grupo con personalidad desdoblada? No lo sé, pero no pienso gastar más en tiempo en comprobarlo, porque al final he pasado media tarde oyendo varias veces entero este incomprensible “Downhill without brakes”. Y además, ese 50% de temas que no son un plagio tampoco son para tanto.

HIDEOUS DEFORMITY- Defoulment of human purity (2010)

mala.
Para ser un disco de Technical Brutal Death, este “Defoulment of human purity” logra un equilibrio prácticamente óptimo entre ambas tendencias. No es uno de tantos álbumes en los que la exhibición de habilidades técnicas se queda en sí misma, sino que aquí parece que, efectivamente, “sirve para algo”. Se trata de músicos con un evidente dominio técnico que lo usan para crear temas, no para lucirse sin más. Cuando la cosa va por ahí la destreza instrumental es una ventaja, en la medida en que les proporciona recursos con los que pueden componer y tocar lo que les venga en gana, que es lo que hacen estos noruegos, pero sin asfixiar la música ni embotar al oyente.

En principio recuerdan a grupos tipo SPAWN OF POSSESSION, DOMINION o AEON, por citar a vecinos escandinavos, o incluso a los giros que han dado en sus últimos discos otros como ABYSMAL TORMENT, SEVERED SAVIOR o INCINERATE, ampliando el arco geográfico. Pero una serie de escuchas más detenidas revelan bastantes aspectos en los que HIDEOUS DEFORMITY suenan más accesibles. En su caso resulta una virtud, porque cada escucha es distinta a la anterior, se reconocen elementos, se recuerdan partes, llegan a enganchar y al final se les coge gusto. Es decir, lo que no ocurre con otros discos del género en los que no hay forma de retener nada por más veces que uno los escuche. No tiene mucho sentido grabar partes tan infinitamente enrevesadas que parecen concebidas para no distinguirse unas de otras, y este disco, por suerte, está muy lejos de caer en esa trampa.

Por supuesto que se lucen, porque pueden y porque para eso hacen Technical Death, pero, por ejemplo, un tema como “Asphyxiated by humanity” empieza con una serie de riffs contundentes, técnicos pero pegadizos, un ritmo pesado y regular, con acentos que permiten seguir la música sin problema e incluso acompañarla físicamente; cuando la velocidad se acelera, todas estas características se mantienen, luego vuelven a tempos más lentos con los que retoman el hilo del tema, e incluso hay una frase que de puro pegadiza parece querer ser una especie de estribillo (ocurre lo mismo en “Hideous ones” o “Awaiting decomposition”). En medio hemos atravesado por breaks, blasts, riffs saturados de notas, arpegios de bajo, dobles bombos imposibles… y todo ejecutado con absoluta precisión.

Lo mejor es que todos estos rasgos se pueden hacer extensivos al conjunto del disco, tanto los de la parte “accesible” como los de la vertiente técnica. Por lo demás, algunos aspectos son mejorables, como la voz, a la que sin duda le falta profundidad, o el sonido de batería, quizá algo parecido a una batería programada, sin serlo (la producción en general resulta algo fría y muy poco dinámica, un riesgo más que afronta habitualmente el género). Y, desde luego, la duración del disco: los temas duran de media poco más de tres minutos cada uno, lo que es de agradecer dentro del estilo si, como en este caso, saben aprovecharlos, pero sólo hay siete temas, a los que suman una versión de sus compatriotas CADAVER, de manera que la música propia que ofrecen no llega ni a los 24 minutos. Ya que es su primer disco y con él se dan a conocer, parece una oportunidad desaprovechada, y si no, es que intentan colar un EP como larga duración, práctica que cada vez parece más frecuente. Cualquiera de las dos opciones es

domingo, enero 09, 2011

IMMACULATE- Thrash, kill 'n' deströy (2007)

Una cosa es hacer retro-Thrash y otra sonar a treinta o cuarenta grupos conocidos y consagrados. Y el caso es que estos IMMACULATE tienen en principio un atractivo innegable, algo que los hace sonar simpáticos, como un cierto aire de autenticidad. Creo que se debe al sonido y a que han conseguido recrear con total perfección el de los primigenios discos de Thrash ochentero, poco antes de que las producciones ganaran en brillantez y se volvieran afiladas como el acero. Pero aparte de eso y de haber trabajado razonablemente bien en estructurar los temas, este disco no ofrece nada más que un refrito de partes tomadas de otros temas.

Si uno es especialmente nostálgico de la primera oleada de grupos thrasheros, tiene cientos de grupos que le transportarán directamente a aquella época. Personalmente pienso que es mucho más interesante agotar antes la escucha de los grupos y discos de entonces en lugar de acudir a réplicas actuales, por fieles que sean, pero si aun así se elige esta opción, lo menos que merece el oyente es no encontrarse con fragmentos que ya ha oído antes. Hay elementos en este disco que recuerdan continuamente al “Mind wars” de HOLY TERROR –siendo muchísimo menos ambicioso, variado y creativo que él-, pero esto podría pasar como una más que digna influencia. El problema es cuando reconocemos en la estrofa del tema “T.K.N.D” los acordes del break de “Creeping death” de METALLICA (peor aún es que el principio de “ThrashZilla” vuelva a repetirlos), o cuando descubrimos la línea vocal del estribillo de “Rotten to the core” de OVERKILL en el de “MechaNukeThrashZilla”, o cuando suena “Leveled to the ground” y de pronto estamos oyendo a Tom Araya cantar con otra voz eso de “Gods on the throne must be watching from Hell / awaiting the mass genocide  / Soldiers defeated in death by a smell / bodies lie dormant no life”, etc. No sigo, pero los ejemplos abundan.

Aparte, la voz tiene un deje continuo a lo Bobby Ellsworth, gritos histéricos incluidos. No se trata de esperar que todos los grupos sean originales, y menos aún que renueven un estilo que tiene unos moldes claramente establecidos, pero sí que al menos rellenen esos moldes con personalidad e ideas propias.

INVASION- Orchestrated kill maneuver (2010)

INVASION tienen la reputación de ser una sucursal de Death sueco en tierras americanas, y en esta ocasión no iba a ser distinto. Han desarrollado una carrera poco prolífica pero coherente y fiel a sus premisas, que no son otras que perpetuar el estilo de CARNAGE –en versión acelerada-, DISMEMBER y sus allegados, sin el menor atisbo de los rasgos melódicos de la escuela de Goteborg. No inventan nada ni aspiran a renovar lo que ya existe desde hace años, así que sus méritos se mueven en otra dirección, concretamente la de componer y tocar con una intensidad digna de los primeros 90, cuando el estilo quedó definido y surgieron sus más ilustres exponentes.

Está claro que estos tíos llevan el Death añejo en sus venas y lo plasman con una autenticidad envidiable, sin sonar nunca a pastiche ni a imitación. Al contrario, entroncan con una tradición que han mamado a fondo y de la que se han impregnado hasta los tuétanos, pero lo hacen al descubierto y sin complejos, porque verdaderamente no tienen nada de qué avergonzarse. Cuando un grupo es honesto en su orientación, por más retrospectiva que ésta sea, pero lo hace con personalidad, se nota de lejos, y así sucede en este caso.

El aspecto lírico y artístico está totalmente volcado en la temática bélica, con títulos como “And Three Survived (The Sinking of the HMS Hood)”, “Stuka JU - 87 (Sturzkampfflugzeug)” o “Black Thursday (Trapped in a B-17)”, mientras que la música se centra en tempos casi siempre rápidos, riffs poderosos, ambientación tenebrosa con una voz oscura y un sonido denso y pastoso. Creatividad tienen a raudales, tanta como fuerza tocando, y los temas están sabiamente equilibrados con partes distintas y cambios de ritmo, montones de riffs matadores, ocasionales rellenos solistas y una batería incansable que es una auténtica locomotora.

Aparte de la anécdota de que la estrofa del tema “War machine” es directamente el “Epidemic” de SLAYER (por puro despiste, suponemos), la labor compositiva resulta genuina y da lugar a temas de estilo reconocible pero que no muestran reminiscencias concretas. En definitiva, todos los aficionados al género están de enhorabuena: INVASION tienen claro lo que les gusta tocar y lo hacen igual de bien o mejor que sus antepasados, sólo que veinte años después.

EMBRACE DAMNATION- Glory of a new darkness (2009)

Nada nuevo bajo el sol: cuando un grupo sigue patrones ajenos a rajatabla le salen discos correctos pero impersonales y, si además el talento no acompaña, como en este caso, bastante aburridos. Referencias múltiples a los clásicos del Death melódico pululan libremente por los ocho temas propios de este “Glory of a new darkness” (aderezan el conjunto con una dudosa versión del “Necrophiliac” de SLAYER), en esencia AT THE GATES acelerados, es decir, THE CROWN, THE BLACK DAHLIA MURDER, etc. Lo dicho, nada nuevo bajo el sol.

Si al menos hubieran dado muestras de un cierto ingenio creativo el disco habría resultado más interesante, pero los riffs son del montón, las armonías son las mismas una y otra vez, los ritmos resultan previsibles, los arreglos los hemos oído mil veces en otros discos, y la voz… La voz tiene UN registro (salvo contadísimas excepciones), el de gritar como un alma en pena, lo cual se vuelve insufrible pasados unos minutos. Eso sí, la producción les honra y los temas al menos se los han currado en cuanto a estructuras, partes distintas, toques solistas, etc. Lo que ocurre es que hoy día hacer discos currados está al alcance de cualquiera, basta con tener la paciencia de estudiar con detenimiento los innumerables modelos que existen desde hace años, prácticamente décadas, e imitarlos, que es lo que hacen EMBRACE DAMNATION.

El premio a la monotonía y a la falta de imaginación se lo lleva el tema “Broken wings drenched in blood”. O a mí se me escapa algo o hay que estar muy escaso de ideas para presentarse ante el público con propuestas así de ramplonas. No es el único tema que padece ese carácter inmóvil y repetitivo, pero es claramente el más llamativo (aunque el último, “The eternal damned”, no le anda lejos). Y el resto se pierde en una mezcla de las citadas influencias y algún que otro destello thrashy (“Throne of chaos”, quizá la pieza más digna del conjunto) o hasta insinuantemente heavy (sobre todo en las dobles melodías de guitarra) pero que en ningún caso logra salvarles de la quema.

Por lo demás, se intuye que en el fondo aspiran a dotar a su música de aires épicos, de una cierta altura de miras expresiva, pero para eso hay que tener la fuerza de unos AMON AMARTH, o la inspiración de IN FLAMES cuando empezaron a expandir su público, o la rabia de CHILDREN OF BODOM, o directamente alcanzar la dimensión verdaderamente grandiosa de los últimos discos de VITAL REMAINS, de quienes por momentos parecen una triste caricatura.