viernes, enero 07, 2011

THE ROYAL ARCH BLASPHEME- The Royal Arch Blaspheme (2010)


Vaya de entrada la aclaración de que el Black no es lo que más me pone ni, por tanto, en lo que mejor me defiendo. Por eso mismo he oído este disco mil veces, pero por más que lo intento no le encuentro ninguna virtud: sé que es Black con orientación primitiva, pero una cosa es la simpleza de medios y otra aburrir al personal con riffs monótonos y ritmos repetitivos. Si la simpleza es efectiva porque la respalda una gran idea, entonces estupendo, si el objeto de la repetición es crear algo obsesivo –como en el Drone o en el Doom-, pues bien también (al margen de gustos personales), pero es que aquí no encontramos ni lo uno ni lo otro. Tampoco tiene el valor de lo atmosférico, tampoco es Raw Black Metal, tampoco son paranoias esotéricas en plan ABRUPTUM, que al menos tienen la valía de ser extremos y decididamente transgresores. No, esto me parece sencillamente tedioso.

Habría tenido su gracia en tiempos de BATHORY, los comienzos de MAYHEM o los primeros DARKTHRONE, pero ni siquiera se les acerca en capacidad de sugestión, ni en agresividad, ni en innovación, ni en nada. Y, total, MANIAC BUTCHER llevan veinte años haciendo esto y con más gracia.

Los riffs son sosos y de una monotonía rítmica pasmosa, incluso para los cánones del género, pero lo peor no es eso, ya que cada tema por separado se podría salvar: lo peor es que el conjunto del disco se vuelve soporífero, que da la impresión de que lo han compuesto entero en una tarde, y cosas como que… ¡hay hasta tres temas que empiezan con el mismo riff! (“Dead Eucharist”, “Ascension Lies” y “Seven Devils of Ejaculation”). Tal monotonía sólo es superada por una batería insulsa que hasta el sexto tema no sale de su puncha-puncha (y eso sólo para retrasar el “cha”). Por lo demás, el disco tiene dos ritmos, lento y rápido. Ya. Y me da igual que sea Unholy Primitive War Black –que tampoco lo es- o como se le quisiera llamar para buscar una excusa, incluso en ese caso si al menos tuviera un sonido realmente áspero, crudo, infernal, habría resultado cautivador, pero la producción es demasiado clara, la distorsión poco rasgada y la voz parece un niño jugando a asustar en Halloween.

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