sábado, febrero 12, 2011

METALLICA 1984-1988


La música popular se supone que es la que está hecha por el “pueblo”, frente a eso que algunos llaman “música culta”, con una etiqueta en parte mal planteada, en la medida en que no es lo contrario de “popular” sino de “inculto”. Claro, que inculto también significa sin cultivar. Sin formación en una materia, lego, indocto, iletrado. Es decir, popular. El otro término para referirse a su opuesto es el de “música clásica”, pero tampoco termina de precisar la frontera entre lo uno y lo otro, primero porque “clásico” en sentido restringido aludiría sólo a las creaciones del período clásico, es decir, el siglo XVIII, pero sobre todo porque, incluso en su significado más amplio, tendemos a asociarlo con señores de traje y corbata que sólo tocan sinfonías de Beethoven o Mahler, mientras que en realidad existe mucha música producida por personas con una sólida formación académica y con profundos conocimientos específicos de música pero a los que no se incluye bajo ese membrete, principalmente los músicos de Jazz. Por último, de la etiqueta “música seria” mejor ni hablamos, porque, irónicamente, da risa. Pero de la mala.

Y el Rock, por peculiaridades de su naturaleza bastarda, acaba estando muchas veces a medio camino entre lo popular y lo culto. El Pop no, que por algo se llama como se llama, pero el Rock carga con esa maldición, entre otras muchas. O bendición, según se mire. La culpa la tiene su genealogía, que lo hace descender del Blues en paralelo con el Jazz, hermanos de una misma sangre pero por vías diferentes y con aspectos finales completamente distintos. Sin el debido libro de familia ni siquiera parecen parientes. Pero los genes están ahí. Entre los acordes de “Highway to Hell” y las complejidades de DREAM THEATER hay mucho recorrido, pese al origen común y un mismo nombre de pila con distinto apellidos. Lo primero son una panda de chavales tocando cuatro acordes al salir de clase y a quienes las musas han bendecido con su inspiración, y lo segundo son unos tipos con una muy sólida formación musical a nivel técnico, armónico, formal, etc. y a quienes las musas han bendecido también con su inspiración. El Rock ha hecho ese recorrido a veces en el seno de un solo grupo y a veces en el conjunto de todo un movimiento o un género, y algunos grupos han hecho ambas cosas ellos solos, como METALLICA, además sin más ayuda que su propia determinación y una especie de fe ciega en sí mismos.

Los discos de METALLICA del 84 al 88 son gloriosos por algo más que por el brutal y salvaje comienzo de “Fight fire with fire”, comienzo por antonomasia del típico tema de Thrash Metal y tocado con una rabia que aún hoy sobrecoge. Cuando fue engendrado en 1984 todavía faltaba un año para el “Bonded by blood” de EXODUS, el “Killing is my business” de MEGADETH o el “Endless pain” de KREATOR. Prácticamente no existía el Thrash Metal. Y ellos ya tenían el riff prototípico, el comienzo de batería prototípico, el sonido, la temática, la ambientación… ANTHRAX había editado su disco debut en febrero, aún con Neil Turbin a la voz, pero aquello no era Thrash Metal, y tampoco existían el “Hell awaits” de SLAYER ni el primer y homónimo disco de BATHORY, que son respectivamente de septiembre y octubre de ese mismo 1984, mientras que “Ride the lightning” se editó en agosto. No había nada. Si uno lo piensa detenidamente y logra recrear la situación en su cabeza, resulta alucinante. Por supuesto, el ambiente estaba ardiendo y a punto de estallar y METALLICA no eran el único grupo arrastrado por esa incandescencia, pero sí fueron los primeros, incluso antes que SLAYER. Los primeros y los que definieron el estilo y establecieron los moldes que seguirían todos los grupos posteriores. Pero lo más alucinante es que estamos hablando de 1984, cuando en realidad ya habían sacado “Kill ‘em all” en 1983, el verdadero punto seminal. El mundo tardó en reaccionar, y para cuando lo hizo, METALLICA ya había publicado dos discos.

Cada uno de esos cuatro primeros discos de METALLICA marcó un hito y trazó un límite que ellos mismos pulverizarían con el siguiente… salvo el último. El álbum negro es magnífico y es uno de los mejores discos de Metal de la historia, pero no tiene el sentido fundacional de los otros cuatro ni su trascendencia, y tomó una línea tangente frente a su predecesor “…And justice for all”, con el que habían culminado una trayectoria permanente de revolución tras revolución. Y cuando elijo la palabra “revolución” estoy pensando en un cambio drástico, profundo y rápido, que es más o menos lo que significa la palabra. Ellos crearon el estilo, lo desarrollaron, lo llevaron a sus últimas consecuencias y, tras agotarlo, lo abandonaron. En sólo cinco años. Todo lo que se ha hecho después en cuestión de Thrash Metal ya lo habían inventado ellos.

Recuerdo haber leído a KISS contar cómo los cogió… ya no recuerdo qué productor, quizá Bob Ezrin, en la época de… ¿“Destroyer”? Al final va a resultar que no recuerdo ni quién ni cuándo, pero no importa, lo esencial es que KISS no salían de sus tres acordes y se empezaron a notar algo limitados a la hora de componer, pero tras pasar un tiempo en el estudio con este productor decían cosas como que “al entrar aquí no hacíamos más que perder tiempo en los ensayos porque apenas sabíamos tocar tres acordes, y al poco tiempo ya sabíamos lo que era un tresillo o un contratiempo y sabíamos tocar en compases irregulares”. Y eran KISS. Quiero decir que no usaron esos conocimientos para expandir su estilo, sino sólo para refrescar sus resultados. Hay multitud de detalles en su música a partir de entonces que reflejan este cambio y que dan a los temas un gancho irresistible, y todo eso se percibe incluso aunque uno no sepa cuáles son esos elementos. Es un claro ejemplo de conocimientos puestos al servicio de la música y no al revés, y, como digo, el oyente lo percibe. Aunque sea de forma intuitiva, pero esas cosas se notan: a veces un oyente no encuentra argumentos para decir por qué un tema no vale gran cosa pero lo está notando, sabe que las notas de tal o cual frase son vulgares aunque no sepa a qué escala pertenecen, sabe cuándo los músicos están luciéndose con un sentido artístico y no por puro malabarismo instrumental aunque no sepa precisar por qué o aunque no pueda analizar las estructuras, la armonía, los ritmos o las texturas. Cuando el conjunto tiene una verdadera coherencia interna, eso se nota. Y METALLICA lo hicieron cada vez mejor hasta el año 88.

Uno de los primeros ejemplos lo dieron en el tema “Ride the lightning”, e intentaré explicarlo sin excesivas complejidades. Es difícil hacer un tema de seis minutos y medio y que tenga entidad propia. Es decir, es muy fácil empalmar trozos sin ton ni son, pero eso no constituye un tema. Si unimos “Let it be” y “Yesterday” no sale un tema de siete minutos, eso está claro. Pero el porqué no es tan fácil de explicar. Básicamente un tema es una unidad orgánica y cerrada sobre sí misma, posee un determinado carácter y es reconocible de forma individual. Lo más básico para eso es recurrir a la repetición de ciertas partes: las estrofas, con el cambio de letra en cada una de ellas, y el estribillo, que normalmente expone un motivo más corto y pegadizo y cuya letra además no cambia en las sucesivas repeticiones. Pero el Rock se aviene mal a estas limitaciones y tiende permanentemente a salirse de ellas o bien a amplificarlas todas simultáneamente. No todo el Rock, claro, pero sí bastantes de sus subgéneros en distintos momentos. El Thrash Metal había sido en principio el resultado de cruzar la velocidad y agresividad de bandas Punk o Hardcore con el sonido acerado y la técnica instrumental del Heavy Metal, y sus primeros exponentes en forma de disco completo seguramente son “Kill ‘em all” y el “Show no mercy” de SLAYER, ambos del 83, y los dos daban ya muestras de una mayor elaboración musical que la de sus fuentes de inspiración. Enseguida la complejidad se volvió rasgo habitual del nuevo género, y poco después definitivo dentro de cierta corriente, y temas como “Ride the lightning” sirvieron para asentar sus pilares.

Maravillas del mp3 para alguien que descubrió, compró y devoró este disco en vinilo: se puede ir parando cada poco tiempo, repetir y hasta precisar el tiempo en que suena cada trozo. Intentaré no abusar de estos dones de la tecnología al hablar del tema “Ride the lightning”, pero necesito explicar por qué supuso un primer gran cambio en su música y por qué sentó las bases para lo que acabaría siendo poco después el glorioso “…And justice for all”. Para empezar, su estructura perfectamente simétrica no puede ser fruto del azar: empieza y termina con la misma intro, sí, pero no me refiero a algo tan obvio, sino al conjunto del tema y muy especialmente a su sección central. Ésta se abre poco antes del minuto dos, más o menos en el 01:56. Hasta ese momento tenemos un tema convencional con su estrofa, pre-estribillo y estribillo, además de la mencionada intro de doce segundos. Carajo… necesito contradecirme y “abusar” del play/stop y el cronómetro, porque si no, no va a haber dios que entienda de qué estoy hablando. Pues a ello. El tema tiene estas partes:

(00:00) Intro
(00:12) Riff 1
(00:32) Riff 2 (puente)
(00:39) Riff 1 (estrofa)
(00:52) Riff 3 (pre-chorus)
(00:58) Riff 4 (chorus) / riff 5 (puente) / riff 4 (chorus) / riff 2 (puente)

(01:21) Riff 1 (estrofa)
(01:34) Riff 3 (pre-chorus)
(01:40) Riff 4 (chorus) / riff 5 (puente) / riff 4 (chorus)

(01:56) Riff 6
(02:09) Riff 7 (1x) + riff 8 (break)
(02:19) Riff 6 (fast drums) / Riff 6 (medium) / Riff 6 (slow)
(02:29) Pausa
(02:35) Riff 9 (+ solo)
(03:13) Riff 9 transportado (solo)
(03:37) Pausa
(03:43) Riff 10
(03:56) Riff 7 (2x) (arpegios)
(04:09) Riff 8 (arpegios)
(04:12) Riff 7 (1x) (arpegios)
(04:18) Riff 8 (arpegios)

(04:22) Riff 6
(04:35) Riff 7 (1x) + riff 8 (break)
(04:44) Riff 6 (fast drums) / Riff 6 (medium) / Riff 6 (slow)

(04:55) Pausa
(05:01) Riff 1 (+ estrofa)
(05:35) Riff 3 (pre-chorus)
(05:41) Riff 4 (chorus) / riff 5 (puente) / riff 4 (chorus) / (05:57) riff 2 (puente)

(06:04) Riff 2- variación 1
(06:17) Riff 2- variación 2
(06:30) Intro

Punto primero: esto no es una frikada, aunque lo parezca. Cualquier guitarrista novato, por ejemplo, se tiene que parar a identificar cada uno de los riffs y luego memorizar en qué orden aparecen y cuántas veces. Y estos temas de METALLICA están entre el repertorio básico de cualquier aprendiz, no es nada del otro mundo ni nada propio de cerebritos de Harvard. Punto dos: perdón por la mezcla de inglés y español sin ningún rigor, aunque tampoco pasa nada y la cuestión terminológica no es lo más importante. Y tres: la “x” significa “veces”, y el “+” indica que esa parte se añade al cabo de un rato al riff que la precede.

Dicho lo cual, admiremos la maravilla: para empezar, llama la atención su sorprendente economía de medios, ya que el tema utiliza en total solamente diez riffs (más la pequeña célula melódica de la intro), lo cual es muy poco considerando su larga duración. Hoy día casi cualquier tema de Death enlaza sin problema el doble de riffs en la mitad de tiempo, y eso sin meternos en terrenos de Death o Thrash técnico, todo lo cual le resta identidad al tema y despista al oyente. Pero METALLICA lo hacen con esta pasmosa sobriedad y el conjunto logra una solidez que apabulla, sin que exista el menor riesgo de que suene repetitivo. La otra gran virtud, como decía, es la simetría total del conjunto, a modo de templo griego de dimensiones perfectas: basta ver los números de los riffs y comprobar su secuencia, cómo una vez que alcanzan el 10 comienzan a retroceder sobre sus pasos, no punto por punto pero sí en claro movimiento retrógrado hasta volver a la primera sección y por último a la intro; el resultado se sustenta sobre dos partes extremas iguales (la sección de estrofa-estribillo) con el remate de la intro a modo de adorno, y en medio se desarrolla una larga parte central que, a su vez, también es simétrica, ya que se entra y se sale de ella a través del riff 6. Y aquí viene otra de las maravillas de este tema y otra de sus radicales novedades: las transiciones. Es alucinante la maestría con que pasan de una sección a otra, concretamente cómo repiten el riff 6 sobre una batería que va aminorando su tempo a la mitad y luego a la cuarta parte para así desembocar en el fragmento más lento del tema, el del riff 9.

La suavidad rítmica de esta transición es un indicio más del cambio de METALLICA como compositores, y quizá su primer acercamiento a fórmulas que exceden lo que se suele entender por música “popular”. Pero el tema presenta varios ejemplos más de estas técnicas compositivas: el uso de motivos similares (como el riff 3, que tiene el mismo diseño que el riff 1, o como las dos pausas del 02:29 y del 03:37, que tienen la misma línea melódica descendente y ésta, a su vez, es la misma que la del riff 7), la repetición de materiales anteriores (como los riffs 7 y 8 en el solo, con los arpegios marca de la casa, que aparecían antes como base de la voz cuando dice eso de “Someone help me, oh please God help me”), la transposición (en el riff 9) y la variación (en el riff 2 al llegar al sexto minuto). METALLICA eran entonces unos chavales y no sé si alguien les aleccionó como a KISS o si simplemente fueron haciendo estos descubrimientos por sí solos, pero este tema, con su portentosa consistencia y su armazón perfectamente trabada como un todo orgánico, fue sólo el primer paso. A partir de entonces continuaron profundizando cada vez más en el uso de estas y otras técnicas compositivas hasta dar lugar al descomunal “…And justice for all”, impulsando el estilo que les vio nacer hasta sus máximas dimensiones y llevándolo a terrenos completamente alejados de la música “popular”.

Podría pararme a hacer esto con cada uno de los temas del “Master of puppets” (“Disposable heroes” da también para mucho, por ejemplo) o incluso del “…And justice”, pero le he cogido gusto a que la gente lea mis bobadas y tampoco es plan quedarme sin lectores tan pronto. Desde luego, no lo haré con los temas de “…And justice” porque eso ya son palabras mayores y quiero hacer otras cosas con mi tiempo y mi vida, y es que aquí todos los temas son una mole titánica y un prodigio de diseño, salvo “One”, que en realidad viene a ser como dos temas “pegados”, uno de cuatro minutos y medio y el siguiente los tres restantes, sin ninguna relación entre sí (que su escucha sea, en efecto, apasionante es otro asunto). Sólo diré que METALLICA sabían perfectamente lo que hacían y lo hacían con toda la intención del mundo: en cada uno de los discos siguientes a “Kill ‘em all” el segundo tema sigue los mismos patrones, casi calcados, pero en cada ocasión las dimensiones del conjunto superan a la anterior y los procedimientos compositivos son ampliados notablemente y explotados con mayor exhaustividad. No hay más que echar un vistazo a la duración de esos temas: “Ride the lightning” 06:38, “Master of puppets” 08:35, “And justice” 09:48. No hay la menor duda de que estaban resueltos a superarse a sí mismos con cada nuevo disco y dejar atrás a todos los imitadores que de pronto empezaron a salir hasta debajo de las piedras. Aparte de algo tan obvio como que el segundo tema era siempre el tema-título del álbum, la organización global de los tres discos es exactamente la misma: intro melódica precediendo a un primer tema ultra-rápido, un mastodonte compositivo como segundo tema, el tercero con un tempo mucho más lento y pesado, la balada en cuarta posición… lo único que variaron fue la colocación de la instrumental de turno, que pasó de la última posición en el 84 a la penúltima en los dos siguientes discos. Como dije antes, ellos crearon el estilo, lo desarrollaron, lo llevaron a sus últimas consecuencias y, tras agotarlo, lo abandonaron. No podían ir más allá, habían tocado la cúspide a todos los niveles y no quedaba más por inventar ni por transformar. Al margen de gustos personales, queda claro que hubo unos METALLICA hasta el año 88 y otros a partir de entonces.

Y voy terminando, prometido. Pero no quiero dejarme una cuestión importante sin mencionar: acerca de los discos hipertécnicos no sirve para nada alabar sus virtudes diciendo cosas como “es un disco muy complejo, con canciones largas, riffs retorcidos y solos virtuosos”. ¿Qué aporta una frase así? ¿Las canciones largas son buenas porque sí? E incluso, ¿qué significa una frase así? Quiero decir, qué significa exactamente que un tema sea complejo o un riff “retorcido”. Porque METALLICA, que es a quien se refería la frase, tienen riffs relativamente simples. Riffs complejos son los de la mayoría de discos de Thrash publicados a finales de los 80 o principios de los 90 por grupos que llevaban en activo desde el principio del movimiento y que para entonces rizaron el rizo hasta niveles insospechados (como DEATHROW en “Deception ignored”), o bien grupos que siempre tuvieron esa orientación en su música, caso paradigmático el del los suizos CORONER. En las décadas siguientes la cosa se sale completamente de madre y tenemos grupos como los australianos PSYCROPTIC o riffs como el del principio del tema “Dread and memory” de los canadienses TORN WITHIN, con sus 14 segundos de duración. Y sin llegar a excesos tan recientes, en los ochenta había muchos grupos inventando riffs mucho más “retorcidos” que los de METALLICA, sin lugar a dudas. Pero el problema principal, insisto, es que tampoco el mero factor de la complejidad es una virtud en sí misma, y un disco no es mejor por tener “una batería compleja, rebuscada, con cambios de ritmo constantes y cortes que hacen juegos con las guitarras”. Eso es sólo una descripción, un análisis de sus rasgos, pero presentarlo como un mérito en sí mismo es tanto como pensar que dar muchas notas es siempre mejor que dar pocas.

Me tomo la molestia de indagar en las virguerías compositivas de METALLICA porque el hacerlo demuestra que en parte no hace falta hacerlo… Me explico: hay millones de personas que admiran estos tres discos sin necesidad de ningún ejercicio de disección intelectual, y tienen buenas razones para disfrutarlos sin más, como se comprueba precisamente al inspeccionarlos con lupa. La cuestión es que esos oyentes perciben esto intuitivamente porque en realidad esas virtudes están ahí, existen, y eso es lo que les permite valorar positivamente el disco incluso sin saber explicarlo. Y, sin embargo, viene bien explicarlo y poder desentrañar los entresijos de estas virtudes para confirmarlas, aparte de que el placer intelectual también es un placer –quien conozca a un matemático vocacional y devoto sabrá de qué hablo- pero que no anula en absoluto el otro, sino que se le superpone. Y os aseguro que a mí me exalta tanto la brutalidad primaria de un guitarrazo salvaje –estoy pensando en el principio de “Fight fire with fire”- como el sorprendente descubrimiento de las filigranas estructurales de “...And justice for all”.


10 comentarios:

Aitor Fuckin' Perry dijo...

Joder, por esto te decía de hacerte un blog. Tengo un post preparado para el miércoles del '... And Justice' pero tú eres un experto y este reportaje es una maravilla. La no frikada que lo parece me ha dejado como estaba porque no tengo ninguna formación musical, yo sólo devoro y devoré estos cuatro discos cuando tenía quince años como si me fuese la vida en ello.

"La otra gran virtud, como decía, es la simetría total del conjunto, a modo de templo griego de dimensiones perfectas: basta ver los números de los riffs y comprobar su secuencia, cómo una vez que alcanzan el 10 comienzan a retroceder sobre sus pasos, no punto por punto pero sí en claro movimiento retrógrado hasta volver a la primera sección y por último a la intro; el resultado se sustenta sobre dos partes extremas iguales (la sección de estrofa-estribillo) con el remate de la intro a modo de adorno, y en medio se desarrolla una larga parte central que, a su vez, también es simétrica, ya que se entra y se sale de ella a través del riff 6. Y aquí viene otra de las maravillas de este tema y otra de sus radicales novedades: las transiciones. Es alucinante la maestría con que pasan de una sección a otra, concretamente cómo repiten el riff 6 sobre una batería que va aminorando su tempo a la mitad y luego a la cuarta parte para así desembocar en el fragmento más lento del tema, el del riff 9."

Ouch.

Claro, yo soy del It's only rock & roll. La verdad es que no sé qué aportar. Sólo decirte que ha sido un placer leer esto. Lo he visto por la tarde y lleva esto varias horas abierto aunque lo he leído ahora. Gracias por hacer esto por Metallica.

Carlos Tizón dijo...

guau, joder, hermano esto son palabras mayores, jamas habia visto la musica de los four horseman asi, esto es desgranar y vivisecionar su musica con sapiencia y calidad y clase, por supuesto.

Yo descubri a metallica en el 86, 14 tacos me miraban, alguien me grabo en una cinta de 90, por una cara el master por la otra el ride, y me pegaba todo el dia escuchando esa cinta, porque imagina a alguien que la primera vez que escucho fast as a shark se le quedo la boca abierta con la velocidad del tema, que luego se compro el no sleep til hammersmith y esa forma de tocar tan dura me dejo con gana de mas, pegarme en la cara con metallica fue una explosion.

evidentemente la musica de metallica puede ser cualquier cosa menos sencilla y ahora nadie puede rebatirlo, increible

saludos bro

P.I.G. dijo...

Aitor: primero, gracias por dejar un comentario, truhán, que siempre gusta recibirlos, y gracias por los elogios, sobre todo por lo de "reportaje"; no lo había pensado pero tienes razón, es más eso que un post. Pero bueno, tenía ganas, supongo que desde hace tiempo, de hecho ya me había excedido varias veces en tu blog y en otros al hacer comentarios sobre Metallica. Lo de ser o no un experto... bueno, no voy a andar con falsas modestias, pero lo que más me impresiona incluso a mí es que todo eso que he escrito está sacado directamente de mi cabeza -salvo la comprobación de meses concretos de publicación de discos-, pero hace ya veinte años que Metallica dejaron de interesarme, quiero decir que más que de conocimientos se trata de mi vivencia en aquel entonces, de lo que mamé y absorbí y ha quedado tamizado al cabo del tiempo, y parece que es mucho. Por otra parte, todo eso es mi visión personal y mi propia interpretación, no lo olvidéis, aunque más o menos parece tener sentido, jaja!

Con la frikada de "Ride the lightning", si algún día tienes tiempo libre que malgastar -que lo dudo- póntelo y échale un vistazo. En realidad no hace falta tener formación musical para distinguir ciertas cosas, basta con fijarse. De hecho, esa era la idea que quería transmitir. Y además en tu caso no cuela la excusa, porque tienes un buen gusto innato y un criterio musical excelente. Y, de verdad, en este tema de Metallica basta con comprobar que a partir del 03:43 ya no inventan nada más -y aún quedan tres minutos de tema-, sino que trabajan con todo lo que ha aparecido antes. Eso es dar cohesión a un tema. Y juraría que su forma de aprender a hacerlo también fue puramente intuitiva.

Yeps, las frases que reproduces me han quedado un poco densas quizá, pero es que soy un redicho, y eso que trato de evitarlo. Aunque tú eres de Historia, leches, lo del templo griego no era tan descabellado. La idea es... joder, siempre que escucho ese tema me viene a la cabeza la imagen de la fachada del Partenón, porque tiene esa misma simetría. Sin ir más lejos, mira lo que hicieron los propios Metallica en la portada del "Master of puppets". Y si me apuras, hasta en su logo, uno de los más imitados, por cierto.

Ya sé que eres de los de "It's only rock'n'roll", pero yo también, jaja! Si no, no podría disfrutar de Venom, por ejemplo. Solo que luego está también esa parte de deformación profesional pero que no me impide disrutar sin más. El riff de dos notas de "Ballbreaker" me pone tanto como a cualquiera, y "Whiplash" ya ni te cuento!!

P.I.G. dijo...

Nort, gracias! Sapiencia, calidad y clase es lo que derrocharon Metallica en esos años inaugurales, y todo el mundo siguió sus pasos. Luego ellos lo dejaron pero el curso de la música cañera en las siguientes décadas ha seguido por donde ellos marcaron el camino. Ya sea por vía "Kill 'em all" en plan más simple y directo, o por vía "And justice" en plan desbordado, pero todo proviene de ellos, o al menos todo el Thrash. Creo que por eso tienen ese estatus sobrehumano y que por eso no pueden hacer nada por destruir su propia grandeza (y mira que lo han intentado!).

Yo los descubrí en el 84, y como tú y yo somos de la misma quinta, yo tenía 12. Incluso sin tener mis vinilos aquí, sé que compré seguidos "Kill 'em all", "Ride the lightning", el EP de "Jump in the fire", un disco de alguien que no era Metallica y ahora no recuerdo, y el EP de "Creeping death". Acostumbrado al heavy tradicional, eso fue una auténtica revolución, con todas las letras.

Bien traído lo de "Fast as a shark";), porque es un tema casi Thrash pero de antes del Thrash. Hay algunos casos más, como el "Black Metal" recién citado, y otros. Quizá haga un repaso un día de estos!

Un saludo a ambos!

P.I.G. dijo...

Por cierto, Aitor, en el post sobre Voïvod te mencionaba descaradamente, no sé si lo leíste. Si no... hazlo, ¡maldita sea!

- dijo...

Sigo llegando tarde. Maldita sea!

Joooooooder! me has dejado sin habla. Ese análisis de "ride the lighting" que haces es una freakada de la hostia... pero me ha encantado! Te imagino con el Mp3 en una mano y el ordenador en la otra. Dándole a la pausa y las teclas de tu computador de forma alterna...... qué grande eres, tío. La verdad es que nunca me fijo en esas cosas ni analizo la música así... o al menos conscientemente, ya que me estás haciendo dudar de si yo, como dices en el post, también me doy cuenta de ello de forma inconsciente y hago exactamente lo mismo que tú. La verdad, es que creo que no, pero a partir de hoy empezaré a fijarme. Me has creado una duda......

Y bueno, en cuanto a la época 84-88 de Metallica, ¿qué voy yo a decir? yo era un "auténtico" metal-head de los pies a la cabeza, así que... Todo lo que hicieron Metallica hasta "black album" sentó cátedra. Así de claro. Fueron los putos amos durante años y nadie les hizo sombra.... bueno, sombra sí, tampoco hay que pasarse....

Un verdadero placer haber leído este post, amigo.
Y ya sabes, si algo sale mal, la culpa siempre es de Lars...

Un abrazo

P.I.G. dijo...

Juas! En realidad me refería al formato mp3 pero con el ordenador, porque la barra de reproducción es lo mejor para pasar deprisa de una parte a otra de un tema! Y, por supuesto, el tema sonaba a toda hostia por los altavoces, que a mí los cascos no me van (juraría que lo comenté en tu blog). Pero vamos, sí, tuvo su curro, jeje.

Yo creo que sí, que todo el mundo se da cuenta de cuándo un tema está bien construido, y que hay cambios o partes que "quedan bien", que "pegan", y otros que no. Hombre, luego poder analizar ciertas cosas ayuda, desde luego, es como si conoces, por ejemplo, los elementos del cine -que no es mi caso-, pues entiendes las cosas a otro nivel y disfrutas el doble.

Gracias por pasar y por comentar, Luis:)

Un abrazo

P.I.G. dijo...

Por cierto, nadie ha dicho nada de la foto de Metallica con Hetfield sin guitarra y con el grupo en formación de quinteto. Será que no se ve bien al guitarrista en la sombra detrás de Burton.

- dijo...

Dame más datos, hombre, que yo, para anécdotas de estas soy muy malo. ¿qué hace Hetfield sin guitarra? ¿quien es el quinto elemento? no sé, no sé.... quizás fuera una prueba de sonido o invitaron a tocar a alguien un tema en uno de sus conciertos..... dame la respuesta el enigma!!!!!

P.I.G. dijo...

Jeje, es mucho más simple. Bueno, no, al contrario. Es que en esa gira se rompió la muñeca con el monopatín y sus partes de guitarra las tuvo que tocar el técnico, mientras él solo cantaba. Pero es que además esa foto era tan simétrica...

Aquí se ve mejor el brazo escayolado:
http://www.lastfm.es/music/James+Hetfield/+images/35099915