miércoles, marzo 28, 2012

OVERKILL- The electric age (2012)


¡La vieja guardia está que arde! Menudo discazo que se han sacado de la manga estos "chavalitos", estos OVERKILL totalmente rejuvenecidos, tanto que parecen una panda de quinceañeros rebosantes de testosterona. ¿De dónde han sacado la energía para grabar este trallazo? Porque es un trallazo en toda regla, un álbum imparable y desbordante de energía. Más que rejuvener parece que hubieran viajado en el tiempo, porque esto es una vuelta sin fisuras al más puro estilo OVERKILL clásico, pero sin asomo de nada que parezca retro, y muy superior a su anterior "Ironbound" del 2010. Ya entonces estaba claro que se trataba de una decisión consciente y un giro premeditado, pero ahora el resultado tiene toda la naturalidad necesaria para que sea creíble y desate la locura.

E insisto: ¿qué les pasa a los grandes pioneros de los distintos géneros? En el Death CANNIBAL CORPSE, en el Grind NAPALM DEATH y ahora en el Thrash OVERKILL (puede que nunca hayan sido un grupo plenamente Thrash, pero convengamos que es el estilo más apropiado para situarlos)... ¿Es un virus, una epidemia, van juntos al psiquiatra? Sea lo que sea, han renacido después de unos álbumes correctos pero insípidos y están haciendo una música genuina, fiel a su propio estilo pero sin autoplagiarse. No aportan nada a sus respectivos géneros ni renuevan su base musical, sino que vuelven a ella con una frescura y una claridad de mente asombrosas. Y que conste que soy el mayor escéptico en lo que se refiere a viejas glorias, siempre me parece que viven de las rentas y que fabrican discos cerebrales y predecibles, así que ninguna de estas alabanzas es gratuita. Si acaso, todo lo contrario.

Pero volvamos a OVERKILL: como decía, han apostado al 100% por reforzar su orientación Thrash original, aquella que quedó definida con nitidez en "Taking over" y a la cual han ido y vuelto de forma intermitente a lo largo de una larguísima carrera (dieciséis discos completos con este último, aunque ellos cuentan 17 incluyendo el EP "Overkill" de 1984, como se deduce de títulos como "Killbox 13" y "ReliXIV"). Un regreso que complace en extremo a todos los que habían despotricado de sus flirteos groovy durante muchos años. Son los mismos OVERKILL que se labraron a finales de los 80 un nombre por derecho propio y para siempre entre los grandes del género a base de discos antológicos como "The years of decay". Aun así esto no lo digo como un elogio en sí mismo, sino como una mera descripción. No creo que volver a un estilo sea bueno de por sí, ni tampoco que lo sea el cambiar a uno nuevo. Los músicos siempre son libres de tomar la dirección que quieran, y después los fans lo son para seguirles o no. Y puestos a confesar gustos personales, a mí me gustaban mucho más las búsquedas rítmicas de "Immortalis" o el rollito groovy de "From the underground..." o "Necroshine", así que en todo caso mis alabanzas en este punto tampoco serían gratuitas, sino todo lo contrario. En cualquier caso, la gran noticia no es que en este aplastante álbum vuelvan a ofrecer su peculiar visión del Thrash, ese deje suyo tan personal que tiene un gran componente de Heavy acelerado sin tampoco ser Speed, sino que esta vez lo hacen con muchísima más inspiración. OVERKILL en estado puro y a pleno rendimiento, una maravillosa noticia para quienes estaban esperando este retorno desde hace mucho.

En "The electric age" predominan los tempos rápidos y las guitarras furiosas, la mayoría de temas son veloces -salvo "Black daze"- y van al grano, aunque luego atraviesan pasajes diferentes y otras velocidades. Son diez temas en cincuenta minutos, tres de ellos por encima de los 6 minutos, pero no llegan a las magnitudes del citado "The years of decay", que se les fue un poco de las manos. Son temas amplios, de arquitectura sólida y con una estructura coherente, y a la vez amenos y asequibles. No se trata de liarse con desarrollos instrumentales ni de lucirse a base de técnica, porque ese no es el rollo de OVERKILL, pero sí de ofrecer la necesaria variedad y que los temas tengan enjundia. Por supuesto, hay estribillos de los de toda la vida ("Electric rattlesnake", "Save yourself", "Drop the hammer down", "All over but the shouting"), como no podía ser menos, pero no es música de "fast-food". Es Thrash Metal en versión OVERKILL.

Hay todo eso y más: a los estribillos pegadizos, riffs básicos, velocidad y energía, cambios de ritmo, estructuras interesantes... hay que añadir unos solos particularmente expresivos, más de lo que lo han sido desde hace muchos años. No en vano esta formación del grupo es la más estable y llevan ya con ella una década larga, y eso al final se nota, todas las piezas están perfectamente engrasadas y a la vez esa seguridad les permite incluir otro tipo de detalles que ya aparecían en "Ironbound", como algunas frases solistas que quedan muy bien, ocasionales guitarras dobladas, los habituales gang-chorus en muchos temas, elementos melódicos que logran incorporar sin que desentonen,... Variedad y frescura a raudales, eso está claro. Y la producción, en su línea: sonido limpio y cada instrumento en su sitio, las guitarras afiladas, la voz con sus chillidos rabiosos -impresionantes en un veterano como Bobby Ellsworth- y el bajo de D.D. Verni retumbando y guiando una vez más la nave.

Y lo mejor de todo es que su inspiración compositiva también parece haber regresado a tiempos mejores. OVERKILL son un grupo con una carrera muy homogénea y una gran constancia, pero quizá no cuentan con un catálogo de "hits" tan descomunal como otros pioneros, y sus últimos discos tampoco contribuían a mejorarlo. Es más, su último "Ironbound" presentaba los mismos elementos compositivos de este álbum pero muchos pasajes recordaban descaradamente a temas anteriores del grupo, y sobre todo volvían a caer en un error que venía de lejos: la falta de ideas en las melodías vocales. Desde "Necroshine", de 1999, hemos oído innumerables veces la línea del estribillo de ese tema en un montón de canciones y discos de OVERKILL, y en "Ironbound" rozaba límites escandalosos, apareciendo ya desde la primera estrofa del primer tema, en la parte central del tema título, en el estribillo de "The goal is your soul"... No sé si era cosa de Bobby Ellsworth, pero el problema ha desaparecido del todo y por fin cada tema es un mundo en sí mismo y no recuerda a otros anteriores, ni en los riffs ni en las líneas vocales (sólo se les ha escapado que "Old wounds, new scars" empieza -y después utiliza bastante- con un riff clavado al "Set me free" de SWEET que versionaron HEATHEN en su "Breaking the silence" de 1987 y SAXON tres años antes en el álbum "Crusader"). Y eso que el disco tampoco es una obra maestra en cuanto a potenciales nuevos clásicos, e incluso abusa del mismo tempo rápido más de la cuenta, pero los temas respiran, se quedan a la primera y tienen unos estribillos fantásticamente sencillos, inspirados y pegadizos. El resultado es que todos se distinguen entre sí y cada uno se alza individualmente en medio de una discografía tan extensa como la de estos gigantes de Nueva York. Todo un logro, una increíble sorpresa y una gozada para los fans. Como KREATOR den también la campanada, este 2012 va a ser de infarto.

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