domingo, marzo 25, 2012

PICTURES OF PAIN- The reckoning (2010)


Primer disco completo para estos noruegos tras un par de Demos en los años 2005 y 2006. En numerosos sitios se los presenta como Metal Progresivo, pero quizá no sea lo más acertado, o no en todo momento. Cierto que tienen un aire a formaciones clásicas como FIFTH ANGEL, CRIMSON GLORY o FATES WARNING, pero no llegan ni de lejos a sus complejidades y se quedan por debajo en cuanto a calidad. Lo suyo es Heavy de gesto grandilocuente, sonoridades duras junto a voces melódicas, estructuras ambiciosas y aires épicos, pero tanto como Progresivo... Sería más bien algo como unos QUEENSRYCHE con elementos de JUDAS PRIEST o hasta de HELLOWEEN -quitando su velocidad-, y está más cerca de bandas como METALIUM o MASTERPLAN que de los primeros mencionados. Y de Death nada de nada, por más que haya algunos blasts disperos.

Dicho esto, hay que admitir que el álbum arranca muy bien, de manera convincente, con un sonido magnífico y unos buenos arreglos que dan una gran impresión de conjunto. Guitarras afiladas sirven de base para melodías fantasiosas y de clara capacidad seductora. Pero al mismo tiempo se aprecian ya elementos un tanto "chocantes", básicamente los gritos super-jebis-de-la-muerte -falsete y vibrato incluidos- que no le pegan nada, esa especie de Halford histérico que le quita gran parte de su sofisticación a la música. En general el vocalista se mueve en otros registros, principalmente voces limpias, a veces rasgadas, algún deje a lo Ozzy... variedad tiene de sobra y este es un gran mérito, pero cuanto más se aleja de la chabacanería jebi más gana el grupo entero.

El segundo tema, "Far beyond" es la culminación de todas sus virtudes y un punto álgido del disco. Épica llevada a su máxima expresión, guitarras agresivas y unas melodías sabiamente rematadas en un estribillo antológico. Son más de seis minutos que recorren distintos pasajes, como muestra de la citada ambición estructural, pero no siempre están bien engarzados o contribuyen a crear un diseño homogéneo, carencia que será continua a lo largo de todo el álbum. Y a partir del tercero asistimos a un descenso de la inspiración melódica (recuperada después en "Years of disgrace") y sobre todo a una llamativa repetición de recursos: intercalan una y otra vez pasajes acústicos a los que casi siempre llegan de golpe, vuelven los berridos mezcla de Udo Dirkschneider con Eric Adams, siguen acumulando pasajes inconexos y planteando bruscos cambios de tempo, y la armonía se lleva quizá la peor parte, ya que abusa bastante del VI-IV en modo menor como forma de expresión épica y al final les pasa como a IRON MAIDEN, que las primeras 518 veces tiene su gracia, pero todo tiene un límite.

Los solos de guitarra son un buen punto del disco, y además tienen un sonido rasgado que subraya la gran emotividad con que están interpretados. El resto tiene demasiado de apariencia y le falta contenido. La impresión final es la de un trabajo bastante pretencioso, más dado a querer impresionar que a crear mostrando verdadero talento, y que se presenta como heredero de una tradición a la que en realidad aporta muy poco y de la que se limita a robar unos cuantos clichés ensamblados con poca fortuna.

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