miércoles, mayo 02, 2012

HISS FROM THE MOAT- The carved flesh message (EP, 2011)

Primer trabajo de este grupo italiano, un álbum presentado como EP a pesar de durar algo más de 26 minutos, un detalle en estos tiempos en que tan a menudo vemos pretendidos “full-lengths” de menor duración. Aun así hay que pasar por alto una intro de minuto y medio y luego un parón con silencio de dos minutos en el último tema (¿pero a quién se le ocurre seguir haciendo esto en pleno siglo XXI?), pero ambas se integran bien en las dimensiones del conjunto, no resultan abusivas y desde luego no parecen un descarado intento de rellenar metraje.

La música es una interesante propuesta a medio camino entre el Brutal Death y el Deathcore, quizá más cerca de lo primero. No es que sea mejor ni peor por esta orientación, sino que gracias a ello logran dejar a un lado los elementos más monótonos tanto de un género como del otro. Sin embargo, la mezcla como tal no siempre está hecha de forma homogénea, y podrían haber evitado ciertas estridencias. Básicamente que a veces oscilan de forma muy brusca entre las partes Death y las Deathcore, y pasan por las buenas de una sección brutal a la típica pesadota con ritmos entrecortados y pocas notas. Buena parte del disco se reparte entre esas dos tendencias, menos mal que lo equilibran con otras muchas a medio tiempo u otras en las que demuestran inventiva rítmica y gusto por la variedad.

En el sentido contrario, lo más reprochable es que varias de las secciones Deathcore son de un simplismo exagerado. Especialmente molesto es que en t-o-d-o-s los temas aparece invariablemente una parte con un riff de una sola nota. Para empezar, hay que tener ideas muy muy inspiradas para lograr que un riff en el que suprimes uno de sus parámetros –la línea melódica- salga bien parado, pero es que además, dadas las dimensiones de este disco, hacerlo en todos y cada uno de los temas es muy poco prudente.

Las voces muestran la misma tendencia que el resto de la música: alternancia entre los dos estilos, con un registro gutural potente y retumbante y otro chillón que resulta creíble gracias a que no se pasan el cien por cien del disco instalados en él, como les pasa por desgracia a ciertos grupos del ramo (y que aun así tienen éxito). En medio muestran matices y variaciones más que suficientes para evitar un espectro vocal excesivamente polar, es decir, la misma virtud a la que parece tender su música. Si perseveran  en esa dirección es probable que sigamos oyendo hablar de ellos.

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