lunes, mayo 14, 2012

RAPED BY PIGS- Gushing orgasms 2 (EP, 2011)

Grotesca y desternillante portada [véase la pintura original abajo del todo] que mezcla bestialismo, necrofilia, sadismo, mutilaciones e infanticidio en un maremágnum de imaginación enfermiza. Cómo no sentirse atraído de golpe por semejante engendro. Lo de la zoofilia en realidad no sale de forma explícita, es más bien la asociación entre el nombre del grupo, las cabezas de cerdos colgadas de la pared y la imagen de las porno-enfermeras medio desnudas y abiertas de patas, pero lo cierto es que no hay ninguna imagen de bestialismo como tal. También ayuda el animalillo que se vislumbra entre las piernas del personaje central y que a buen seguro es un cerdito retozón con ganas de sumarse a la fiesta. Porque a pesar de lo que sugiera el nombre del grupo, no parece que a estas enfermeras las hayan violado, al contrario, están gozando como perras. Ya lo dice el título, algo así como “Orgasmos chorreantes” u “Orgasmos a borbotones”, que es justo lo que hace la de la izquierda. Uno más de los muchos disparates que hacen tan flipante esta portada. Estamos acostumbrados a ver imágenes de violencia misógina, pero no esta mezcla de escenario truculento y placer sexual, y menos siendo ellas las protagonistas. Por qué la enfermera del centro parece una zombi-nurse cuando las otras dos son “normales” y hasta guapas es otro misterio. O el propio sitio, en el que al fondo se adivina la parte final de un cartel. O qué pintan las dichosas cabezas de cerdo por las paredes. La tía de la derecha se está cepillando a un cadáver mutilado que va en silla de ruedas y tiene alambre de espino alrededor de los muñones, hay una cabeza humana sobre el suelo, al fondo se entrevé un torso abierto en canal… Y luego está lo del carrito con cabezas y partes de bebés, todo un despiporre, y más aún viendo que la perra infernal que lo lleva se va haciendo un dedo por el camino. Atando cabos podemos llegar a la conclusión de que en este hospital se entra pero no se sale, o se sale a trozos porque las enfermeras tienen unas aficiones peculiares. Pero no hace falta buscar explicaciones y además eso rompe la sugestión. Todo en esta portada es delirante e irreal, absolutamente fascinante, sexo depravado y gore de serie B mezclados con una desbordante fantasía. Como decía, es imposible no querer asomarse a su interior.

Y lo que encontramos, sin llegar quizá a su altura, es igual de seductor. Estos tipos hacen que el Slam valga la pena y consiguen sacar todo el partido a sus escasos recursos. Hacen de la simpleza de medios una virtud, vaya, jugando con los pocos elementos disponibles –el sonido, los cambios de ritmo, las voces y, cómo no, los riffs- y alcanzando una sorprendente variedad, frescura, diversidad y efectividad. No se les ha ocurrido nada del otro mundo, pero las herramientas que usan las manejan como nadie.

Por situar la cosa: el disco recoge los cuatro temas de su primer EP del 2009, “Contamination of whores”, remasterizados para la ocasión, y les añade al principio dos nuevos precedidos de una intro. También aparece en medio de los cuatro citados el tema “Repulsive desires in your writing”, cuya procedencia desconozco. En total ocho cortes a lo largo de veintiséis minutos y presentados como un EP, algo ante lo que descubrirse, porque podrían haberlo considerado un álbum completo (hay incontables casos con menor duración) y no lo han hecho. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, 22 o 23 minutos no son ni serán nunca un larga-duración. Con veintiséis se puede quizá tirar en ambas direcciones, pero esta me parece la más honrosa.

Pasando por alto que hay un ligero bajón de volumen cuando los temas nuevos dan paso a los antiguos, la continuidad entre todos ellos está garantizada gracias a que el estilo es idéntico, Slam arrastrado y breves estampidas de Brutal Death intercaladas de vez en cuando. Es llamativa la duración de los temas del 2009, todos alrededor de los cuatro minutos –salvo la breve instrumental de despedida “Karaoke slam”-, algo poco usual y que además supone un reto para lograr que el interés no decaiga. Lo consiguen con creces tanto en las composiciones nuevas como en las rescatadas. Ninguno de los riffs es una genialidad y tampoco es que el grupo esté tocado por la gracia de la inspiración suprema, pero combinan todas las piezas con innegable talento, que ya es mucho.


Hay varias cosas que hacen especial la manera de componer de RAPED BY PIGS. Una de ellas, poco frecuente en estos terrenos, es que les gusta hacer variaciones sobre los riffs, es decir, en lugar de meter cuarenta distintos en cada tema recurren a explotar a fondo unos pocos: cambian algún trozo, usan las mismas notas a la mitad de velocidad, cambian el ritmo de la batería manteniendo intacto el riff, doblan el tempo a la mitad o al doble, cambian de tesitura… Todo esto hace posible, por ejemplo, que saquen adelante con éxito un tema de más de cuatro minutos como es “Fetalic embryogenic aberration” mostrando una economía de medios alucinante. Pero es que funciona, la variedad queda asegurada y encima el escuchar partes relacionadas le da cohesión al tema. Bien por ellos. Y esos recursos los usan una y otra vez, así que no parece casualidad sino un procedimiento consciente. “Let me penetrate you” es otro buen ejemplo, aunque cualquiera vale.

Y el sonido… qué decir de ese sonidazo que le han sacado a los últimos cinco temas del EP. Los dos nuevos, sin desmerecer, no tienen tanta pegada ni esa bestial densidad, pero el de los otros es como una bola gigantesca que te pasa por encima y te aplasta, o como un cachalote haciendo stage-diving. Las partes ultrapesadas son fabulosas, y sólo con un sonido así se puede conseguir que un riff de una nota y ritmo uniforme se vuelva irresistible. Lo mejor de todo es que no es el típico sonido digital y frío que tantas bandas de Slam están buscando últimamente, sino que es orgánico, crudo, espeso, y por encima de la masa bajo-guitarrera surge una batería cortante y nítida pero absolutamente real. Aquí no hay disparadores ni maquinitas, ¡pero si hasta se notan las fluctuaciones de intensidad en los blasts! Sencillamente magnífico.

La ejecución del batería, ya que lo menciono, es otro punto fuerte, y no hay muchos baterías que sean tan versátiles y ocurrentes pero a la vez sin destacar ni querer ser unos figuras. Hace su papel, que consiste en aportar toda la variedad que no hay en los riffs ni en el previsible simplismo de las guitarras propio del género. Y la voz… menudo bicharraco y menuda variedad de gruñidos tiene, a cuál más aberrante. En menos de medio minuto nada más empezar un tema es capaz de hacer tres o cuatro voces distintas, y todas guturales y cerdísimas. No me extraña que se haga llamar César Pigs, porque esto es un auténtico festival del ruido y el gorrineo. Otras veces incluso mete voces Death, en fin, que variedad hay de sobra. Además juegan fabulosamente con el espacio estéreo y unas voces aparecen por el centro mientras que otras suenan más balanceadas, y en bastantes ocasiones hasta las superponen. Es un recurso lícito para una grabación de estudio, y el resultado, aparte de poco habitual, es muy efectivo.

Creo que queda claro por dónde van los tiros con este disco, se trata de una dosis de ortodoxo Slam destructor, muy ameno, hecho de manera ingeniosa y con un sonido bestial. Y terminaré esta reseña volviendo con la portada, y es que por no alargar más el comienzo he dejado para el final la autoría de la misma: es obra del estudio austriaco Mottla Art, responsable de portadas como las del “Nemesis enforcer” de SUPREME PAIN, el “Post-abortion slut fuck” de VULVECTOMY o el “Universe of gory tales” de BODYSNATCH. Todas con un estilo visual y técnico muy semejante, y todas de los últimos cuatro años. Ambos requisitos se cumplen también en otra serie de álbumes seguramente menos conocidos, como “Gruesome forms of distorted libido” de PERVERSE DEPENDENCE, “Horrifying hallucinations of ungodly activities” de SECRETED ENTITY, “Straight in your face” de DISTORTED IMPALEMENT, “Consuming the morgue remains” de DEVOUR THE UNBORN, o el EP del año pasado de SLAMENTATION “Procreating a new body art”.


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