lunes, julio 23, 2012

SUPREME LORD- Father Kaos (2011)

Confieso que ya me parecían un grupo muy flojo cuando compré en el 2004 su disco de debut, publicado ese mismo año, en los puestos de un concierto de BEHEMOTH, KRISIUN e INCANTATION, de quien precisamente hacen aquí una versión. A veces uno se equivoca al dejarse llevar por una portada y un título peculiar, qué le vamos a hacer. El caso es que esta predisposición no tiene por qué ser mala, e incluso puede jugar a favor del grupo porque a poco que hagan me pueden sorprender, por contraste con la anterior mala impresión. Y en parte sucede así con este segundo álbum de los polacos, pero tampoco es para tanto, y es que de donde no hay no se puede sacar. SUPREME LORD son un grupo de segunda, a la sombra de los grandes, muy grandes nombres que ha dado su país al Death Metal. O debería decir 'Reyash' en lugar del grupo entero, porque de hecho es sólo él quien lo mantiene vivo, siete años después de aquel poco prometedor debut.

Al bajo y voces, el artífice de que esto siga adelante es el único componente que queda de entonces y, por tanto, el dueño absoluto de su identidad. Al menos ha reclutado a un batería bastante mejor que le da una intensidad muy superior a los blasts, redobles y demás machaques percusivos, y a un guitarrista que le añade un toque especialmente incisivo a sus leads, ya que la voz sigue siendo terriblemente monótona y el bajo se limita a doblar a la guitarra. Por lo demás la música no se aleja del Death anónimo que podría haber elaborado cualquier otro grupo, si bien en esta ocasión se inclinan más por el Brutal que por el Death clásico o incluso el Old School que aparecía a ratos en su Demo de 1995. El sonido es competente y la sensación general es de furiosa energía, pero la mediocridad de los temas es innegable y acaba por cansar. Por momentos parece que quieren emular a unos IMMOLATION en ciertos matices rítmicos, o recrear el ambiente del "Necroticism" de CARCASS en algunas frases solistas y melodías "malévolas" que también tienen una buena dosis de SLAYER, todo pasado por la turmix de la aceleración sin más miramientos y a correr. Desde luego, es bastante más ameno y menos soporífero que su primer trabajo, pero aún está lejos de ser un disco brillante.


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