miércoles, diciembre 18, 2013

JASAD- Rebirth of Jatisunda (2013)


No le han sentado bien los ocho años de espera a JASAD desde su anterior “Annihilate the enemy”. Tampoco es que fuesen unos lumbreras entonces, pero tenían una buena reputación desde su fenomenal debut “Witness of perfect torture” del 2001 y el justo mérito de haber abierto camino al Brutal Death en su tierra natal junto a SIKSAKUBUR, GRIND BUTO o KILLHARMONIC, allanando el terreno para los  actuales PLASMOPTYSIS, TURBIDITY y demás mediante una intachable asimilación del estilo americano. Riffs brutales, Slams, complejidad rítmica y guturalidad sin compasión eran sus señas de identidad, perfectamente depuradas ya en el mencionado debut gracias a un largo entrenamiento previo.  Luego ficharon con Sevared y siguieron por la misma senda, aunque con una producción ciertamente inferior.

Y ahora reaparecen convertidos en otro grupo, en una banda insoportablemente vulgar y con un disco simplista y muy pobre. Lo más llamativo tras la correcta introducción con “Pasukan Karuhun” es que casi siempre la voz y los instrumentos hacen todos lo mismo, todos a la vez, batería, guitarra y patrones vocales, una cosa completamente absurda. Bueno, en realidad lo más llamativo es el mal sonido y la mala producción, pero en cuanto a composición me reafirmo en lo dicho. Y luego están los temas en sí, con una sucesión de riffs anodinos, partes pesadas sin ninguna personalidad y, sobre todo, una batería lamentable. El nuevo aporreador Abaz está a años luz del anterior y veterano Dani, y sus blasts son un prodigio de monotonía, solo de vez en cuando cortados por algún redoble, un fill-in o un doble bombo.

El disco se redime en su segunda mitad y gracias a los últimos temas se salva de la quema. Aparecen algunas partes pesadas entretenidas en “Sunyaruri”, alguna parte medio melódica en “Silwangi” -y un final también entretenido-, algún hiperblast por ahí perdido en “Kujang Rompang” y “Precious moment to die” y poco más. En defensa de Abaz hay que señalar que la producción es un horror y ha desequilibrado tanto el nivel entre los instrumentos como los componentes de la batería entre sí, sacándole además un sonido sucio y sin pegada. Pero da igual, eso puede disculparle respecto al sonido, pero no en ejecución ni en ideas, y, considerando el disco en conjunto, tampoco es consuelo frente a una colección de temas tan ramplones. No hay forma de saber que esto es un disco hecho por JASAD si no se mira su nombre en la portada, y aun así cuesta creerlo.

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