martes, abril 01, 2014

REVEREND- Reverend (EP, 1989)

Esto va más como "oculto" que como "tesoro", porque sin ser una verdadera joya sin duda es un primer trabajo -escueto, balbuciente, en principio poco ambicioso- que pasó desapercibido en su momento y que hoy día casi nadie siquiera menciona. O quizá nos podríamos quitar complejos de encima y decir abiertamente que es una pequeña joya, una reliquia enterrada bajo décadas de olvido pero, a su manera, tremendamente valiosa. Quién sabe... En el '89 ya no había nada que inventar en el Thrash Metal, y difícilmente vamos a poder ensalzar desde esa perspectiva el modesto debut de REVEREND, pero sí como una música muy bien hecha, ajena a modas y tendencias, segura de sí misma y altísimamente disfrutable. Ni velocidad adoradora del "Reign In Blood", ni osados giros hacia terrenos técnicos que miraban de manera interesada hacia los 90, ni radicalizaciones pensadas para alinearse con los postreros géneros extremos aún nacientes... Nada salvo un Thrash Metal a medio tiempo, macarra y pujante, orgulloso de sus propios méritos y de no deberle nada a nadie, salvo a aquel magma primero en que bulleron heavys, punkis y primeros thrashers, y del que parecen brotar directamente REVEREND pese a surgir unos cuantos años más tarde.

¿Pero quiénes eran REVEREND? ¿Eran realmente unos recién llegados? ¿Su convicción era fruto de la arrogancia juvenil propia de un grupo inexperto? Nada más lejos: Se trataba de las cenizas de HERETIC (cuyo "Breaking Point" del 1988 sí es indiscutiblemente todo un tesoro del Power/Thrash de aquellos años) unidas a la voz de David Wayne, inconfunfible e irrepetible cantante de METAL CHURCH en sus dos primeros discos. De la herencia de HERETIC venía el núcleo instrumental de su formación, el combo O'Hara-Korban, es decir, Dennis O'Hara al bajo y Brian Korban a la guitarra, y por la parte de METAL CHURCH el ya mencionado timbre del hoy difunto David Wayne. HERETIC acababan de dejarlo tras una brevísima carrera (enseguida diremos dónde fue a parar su cantante) y Wayne acababa de apostatar de la Iglesia del Metal, qué mejor momento para forjar esta unión. Aun así, REVEREND no durarían mucho más que los propios HERETIC, apenas un año más, aunque les daría tiempo a ser más fértiles en cuestión de ediciones discográficas. Como dato curioso y como confirmación tardía de esos vínculos, ambos grupos han vivido sendas reunificaciones ya en el nuevo milenio -sin mayor interés ninguna de ellas-, en las que han compartido numerosos intercambios de personal.

Pero es que el propio cantante de HERETIC en "Breaking Point", Mike Howe, fue el sucesor de Wayne al frente de METAL CHURCH después de 1988. Todo queda en casa, y todo está impregnado de ese maravilloso aroma a mezcla de géneros a cargo de estos tres ilustres segundones del Metal ochentero. REVEREND fueron quizá los que más se decantaron por una clara pureza estilística, pero aun así no pueden dejar atrás del todo unos toquecillos heavys (sobre todo en "Ritual") que harán las delicias de cierto sector del público. Y luego está la voz de Wayne, que, le pese a quien le pese, juega un papel definitivo en el atractivo de este EP. Oírle cantar estos cuatro temas pocos años después de la publicación de "The Dark" nos hace fantasear con que este hubiera sido el tercer trabajo de METAL CHURCH, y en parte podría haber sido así, si hubieran dado un giro decidido hacia el Thrash de riffs cortantes y ritmos machacones en lugar de seguir la estela más progresiva que se empezaba a imponer masivamente. Wayne, O'Hara y Korban lo hicieron, dieron un salto atrás en un momento en que todo el mundo huía hacia adelante, y se quedaron tan anchos. Los discos siguientes de REVEREND, ya en formato "full-length", no llegan al nivel de espontaneidad y frescura adicitva de los cuatro temas de este EP homónimo, pero aquí nos dejaron un regalo que aún hoy merece la pena descubrir.

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