domingo, junio 29, 2014

LEMMING PROJECT- Extinction (1991)

Otro grupo surgido en la prolífica Alemania y que tal como llegó se marchó... Eran los primeros 90 y a estos tipos no se les ocurrió nombre más extraño para un grupo de Death Metal que LEMMING PROJECT. No sabemos si tan curiosa elección les perjudicó o no (probablemente no, porque no es ni de lejos el más absurdo que circulaba por esos mismos años), lo que sí está claro es que su trayectoria fue tan efímera como peculiar su nombre: dos discos en dos años y adiós muy buenas. Siempre me suelen llamar más la atención los debuts de los grupos, creo que en ellos condensan mejor que nunca su verdadero potencial, su naturaleza más auténtica, su creatividad en un estado de "inocencia" y espontaneidad aún no condicionado por la reacción del público, las expectativas creadas, la relación con los medios, la intervención de la discográfica, el aprendizaje acumulado que a veces se convierte en premeditación... Y aunque está claro que la madurez les llega después -a menudo el tercer disco es un buen indicador de esa evolución y en varios casos ha marcado un momento decisivo-, los estrenos discográficos están para mí tocados siempre por un halo irresistible de pureza. En el caso de LEMMING PROJECT esto influye a la hora de rescatar y reivindicar "Extinction" frente a su "Hate and despise" de 1992, aunque no solo, porque realmente me parece superior en la manera de plasmar todo lo que tenía de especial la música del grupo.

Como en tantas ocasiones, no solo la banda como tal pasó pronto a mejor vida, sino que los propios componentes se desvanecieron en el limbo de los tiempos (salvo por la participación en los iconoclastas e irreverentes SONS OF TARANTULA de Volker Schmitz, que en este disco tocaba la guitarra y que para el siguiente sería sustituido por un tal Efcimios Fintrilakis, único cambio de formación en la breve historia de LEMMING PROJECT). Y es una pena, porque sin ser una propuesta rompedora, ofrecían un Death-Thrash oscuro, pesado y poderoso que, para tratarse de 1991, sí suponía una visión personal de los géneros extremos, una asimilación rápida y profunda y sobre todo bien hecha de las posibilidades de hibridación de los mismos. Como digo, esto es Death en la medida en que es claustrofóbico y lúgubre, porque los tempos arrastrados de los temas contribuyen a esa sensación, por las armonías, por el ambiente y por la expresividad, pero el diseño de los riffs se mueve libremente entre ambos géneros y el sonido -salvo por la voz- está claramente más cerca del Thrash, con esas guitarras cortantes hechas de pura electricidad. Son un ejemplo más de cómo muchos grupos supieron empaparse de los escasos diez años de existencia del Metal extremo, interiorizarlo, hacerlo propio y entregar al mundo su propia aportación.

En lugar de elegir seguir un camino y solo un camino a partir de los rasgos de estilo ya asentados, como si de un manual de fabricar churros se tratase, LEMMING PROJECT se inventan temas directos y a la vez largos como el fabuloso "Dust", con un arranque aplastante y un desarrollo aún mejor, crean interesantes ritmos y texturas en "Ovens" gracias a un inspirado sentido armónico, superan de nuevo toda duración y complejidad en la poderosa "Zerfall", se marcan furiosas estampidas en "Experiments", pintan sugerentes atmósferas en la cambiante "Sperm of the new generation", se permiten caprichos como la breve instrumental "Rejection" o terminan con una decidida apuesta por el Death más inconfundible con "H". Toda una demostración de talento y de libertad como máximo estandarte creativo, a la vez que consiguen dar vida a una criatura dotada de personalidad propia, sin fisuras ni estridencias. Al escuchar este disco se puede pensar en grupos como CANCER, MASTER, BOLT THROWER, algo de BENEDICTION, también algo de OBITUARY... referencias e influencias todas ellas de primer orden, porque LEMMING PROJECT se acercaron mucho a ese nivel. Quizá les faltó lograr temas más pegadizos, quizá no supieron plasmar en su continuación del 92 el aliento que hacía tan especial a este debut, o quizá simplemente no tuvieron suerte. Quién sabe...

martes, junio 17, 2014

FLAMES OF HELL- Fire and steel (1987)

Este disco es sin duda uno de esos pocos con categoría absoluta de "rareza": legendario, misterioso, inclasificable, disco de culto, pieza de coleccionismo... son algunos de los términos con que se le suele calificar, y no es para menos: fue grabado en la Islandia de 1987 (es decir, antes de toda existencia de una escena local, lo que los convierte en auténticos pioneros y en los decanos absolutos del Metal extremo en su país) por dos hermanos, Sigurður y Steinþór Nicolaison, junto a un tal Jóhann Richardsson al bajo, con portada hecha por un tercer hermano Nicolaison y editado en un reducido número de copias por el desconocido sello Draconian Records #666 (que no publicó nada más que este trabajo y que al parecer fue una ramificación de una editorial de libros francesa a través de la cual el citado tercer hermano distribuía sus creaciones pictóricas). Al igual que el pintor no volvió nunca a realizar portadas para grupos, sus dos hermanos tampoco han vuelto a estar involucrados en ningún otro grupo ni proyecto musical. Según los describía Guðmundur Óli Pálmason, batería de sus compatriotas SÓLSTAFIR y emparentado con ellos, los hermanos Nicolaison eran "los tipos más extraños que he visto nunca, muy parecidos entre sí, siempre con el pelo largo y negro, abrigos de cuero, pantalones negros y botas militares por las rodillas, y muy metidos en historias de ocultismo y satanismo".

Al margen de su condición de enigma, del oscuro contexto de su creación y de la casi inexistencia de ejemplares físicos, las cualidades musicales del disco son difíciles de valorar: es de esos discos que o se odian o se adoran, y es poco frecuente que aquel que lo oye acabe teniendo una opinión intermedia. Hay tantas razones para lo uno como para lo otro, porque raro, único e inclasificable lo es un rato, sobre todo en su día. Hoy puede que haya más referencias sonoras con las que emparentarlo, pero en 1987 no eran muchas, más allá de los inevitables VENOM, HELLHAMMER, CELTIC FROST o ya de lejos POSSESSED, junto a otros aún menos relevantes en la escena internacional de entonces como NME, MEDIEVAL o -también de lejos- TERMINAL DEATH. Estos isleños dados al esoterismo se dedican aquí a desplegar una suerte de Death-Doom-Black-Sludge de ambiente tétrico, sonido crudo y espíritu alucinado, combinado con una de las voces más desagradables de la historia del Metal con mayúsculas, un tipo que hace parecer a Tim Baker de CIRITH UNGOL como un tenor lírico, con un timbre y un modo de cantar como no se he vuelto a oír, a base de agudos imposibles, inflexiones absurdas, vibratos engolados y toda clase de rarezas que alcanzan su punto a la vez más glorioso y más ridículo en los gritos de cabrero de "Evil"... Colosal.

El grupo se presenta en su conjunto como devoto de la heterodoxia más orgullosa y sin complejos, rasgo por otra parte muy frecuente por aquellos años en que aún no existían caminos trazados y en los que el ideal supremo era precisamente abrirlos. Si la voz de Steinþór es rara, su técnica guitarrística no le anda lejos, sobre todo en los solos, ya que en la mayoría se dedica a hacer escalas una tras otra, sin ton ni son, arriba y abajo, aunque otras veces aporta interesantes motivos melódicos junto a espasmódicos rellenos y todo tipo de extravagancias repentinas. A todo esto, el bajo a lo suyo, con un papel muy correcto y muy sólido, creando junto a la batería el soporte que toda buena sección rítmica aporta a un conjunto de músicos. Sin ellos dos el disco no habría tenido sentido, igual que sin la insólita creatividad del citado Steinþór no habría tenido identidad. Las canciones mantienen también esta doble vía de sensatez y desvarío, en la que nunca queda claro cuál prevalece y que hace que uno no sepa muy bien si dejarse arrastrar por las cualidades hipnóticas del grupo o mandarles a paseo y pinchar algo más convencional. Los once minutos de "Heroes in black", con su odisea Doom, o la sabática "Flames of Hell" contrastan con andanadas más veloces como "From the grave" o "Cut you down", aunque la palma se la llevan a medias la apertura con "Fire and steel", donde la voz hace su desinhibida entrada en escena por todo lo alto, y la continuación realmente demencial con "Evil", tema que de alguna manera condensa todos los rasgos de la personalidad del grupo, para bien y para mal.

El disco, como queda dicho, se publicó originalmente en Francia en 1987; veintitrés años más tarde se reeditó de forma no oficial en un CD pirata que no era otra cosa sino la reproducción del vinilo pasada a formato digital; también en ese año 2010 aparecieron dos nuevas versiones en vinilo igualmente piratas (donde se incluía la transcripción de la entrevista en que el citado Guðmundur Óli Pálmason describía a los hermanos Nicolaison, además de tratar otra serie de temas), una de ellas en edición limitada a cien ejemplares de vinilo púrpura; y finalmente en el 2013, pese a que el grupo había mantenido aparentemente desde siempre que el disco no se reeditaría, el sello Deathcrush Records lo ha remasterizado y reeditado en formato virtual y lo ha puesto a disposición del público como descarga gratuita en su bandcamp. Pero esta versión tiene dos fallos graves, a mi juicio: que altera el orden original de los temas y que añade dos largas intros en los temas "Evil" y "From the grave" (cada una de unos dos minutos, junto a unos segundos de outro en "Evil"). Creo que si el disco fue concebido originalmente de una determinada manera hay que respetarlo si se quiere preservar su identidad verdadera, y el cambio en el orden de los temas lo transforma radicalmente. Ocurre igual con las intros, porque si un disco se construye deliberadamente sin intros, solo con música en el 100% de su duración, la inclusión posterior de estas, especialmente siendo tan largas, altera la esencia del original. Al menos han respetado mucho el sonido, ya que apenas limpian un poco la saturación y poco más, y en todo caso la iniciativa de Deathcrush Records es una buena oportunidad de escuchar este disco insólito y único en su época.

jueves, junio 05, 2014

ELECTROCUTION- Inside the unreal (1993)

Otra pieza perdida en el tiempo, otra pequeña gema escondida, aunque en este caso el grupo vuelve a estar en activo (acaban de sacar nuevo disco) y además el álbum fue reeditado hace no mucho, factores que quizá hayan llevado a más de uno a descubrir este debut de 1993 de los italianos ELECTROCUTION. Pero hasta hace un par de años, con dicha reedición, y más aún hasta su vuelta a la actividad tras un parón de quince años, poco se oía hablar de este grupo. Por otra parte, el disco estaba descatalogado y se pagaban precios exagerados por un original, y si bien la reedición fue una tirada bastante limitada, al menos sirvió para volver a poner su nombre en circulación.

Se trata de un disco fiel al estilo de principios de los 90, rápido, violento y muy oscuro, un trabajo que si no hubiera nacido en estas tierras del sur quizá habría corrido mejor suerte. Tiene la intensidad y técnica propias del Death americano de Florida, el espíritu lóbrego que empapaba el género a ambos lados del Atlántico, algunos riffs cercanos al Thrash, solos incisivos y una voz cavernosa e hipnótica. El comienzo con "Premature Burial" da cuenta de todos estos elementos y de la habilidad que tenía el grupo para combinarlos en una fórmula ganadora. La velocidad y agresividad te golpean desde el principio, pero el buen hacer se pone de manifiesto desde los primeros cambios de ritmo y mejora más aún con la llegada de los solos y el trabajo minucioso de las guitarras rítmicas, antes de volver a la caña destrozacuellos. Y esta misma mezcla de concisión y variedad, de furia y detalles, la aplican en todos los temas. Todos son tirando a cortos -salvo "Ghost Of The Past"-, pero todos se las ingenian para regalar filigranas guitarreras de primer orden en medio de riffs contundentes, baterías voladoras y una voz infrahumana que cuanto más la oímos más engancha.

El disco tiene una formidable regularidad a la hora de distribuir sus méritos, pero personalmente me quedo con "Rising Of Infection" y sus intrincados ritmos, "Body's Decay", cuya simpleza a base de medios tempos marciales contrasta con el anterior, y el citado y ambicioso "Ghost Of The Past". En cualquier caso, está plagado de momentos brillantes y de pasajes inspirados, tanto en composición como en ejecución, y cada cual podrá decidir qué le seduce más hasta llegar al final con "Bells Of The End". Curiosos títulos los del primer y el último temas, curiosas las palabras "premature" y "end" en ambos extremos de la lista, y en este caso casi premonitorias, porque el grupo ciertamente quedó sepultado de forma prematura y las campanas de su final sonaron demasiado pronto.

En su día el álbum fue publicado por el sello italiano Rosemary's, una división de Contempo International, en formatos Cassette, CD y Vinilo, con la particularidad de que en este no aparecía el último tema, "Bells Of The End". En mayo del año 2012 el también italiano Goregorecords, filial de Aural Music, lo reedita en versión remasterizada y limitada a quinientos digipacks con libreto, y un mes más tarde otro sello compatriota, Ordo MCM, hace lo propio con la versión en vinilo con carpeta desplegable (que ahora sí incorpora los diez temas originales). Estos dos sellos han sido, además, los encargados de editar este año el nuevo trabajo de ELECTROCUTION, "Metaphysincarnation", en los mismos formatos respectivamente y en los mismos meses (a la espera de que se confirme la fecha de salida del vinilo) que aquella reedición, un trabajo igualmente intenso y variado, con temas cortos muy trabajados y aires clásicos, aunque abandona las sonoridades oscuras y el registro vocal lúgubre y adictivo que hace dos décadas exhibieron con tan buenos resultados en "Inside The Unreal".