domingo, agosto 24, 2014

CABAL- Midian (1990)

Faltaba todavía 1990 en la serie de años contiguos que por ahora han ido apareciendo en esta sección, concretamente del '87 al '95, y siendo además 1990 el paso de década, cómo no recalar en alguno de los discos que aparecieron ese año y de los que poco más se supo después. Es el caso del único trabajo de CABAL, otro de los proyectos del ubérrimo y ubicuo personaje llamado Killjoy. Aquí se embarcó en una aventura a medio camino entre el Thrash y el Death que perfectamente podría haber tenido continuidad y hasta repercusión, por enlazar el paso de un género a otro y servir de puente entre ambos con su estilo híbrido. Una hibridación perfecta conseguida con toda naturalidad, como habían hecho y siguieron haciendo tantos grupos en torno a 1990, no hay nada que parezca fuera de sitio o que llame la atención y tanto los elementos Death como Thrash, aunque son reconocibles y se pueden delimitar sin problema, están muy bien fusionados. Es como si el "Reign in blood" hubiera ido un paso más allá en cuanto a agresividad y hubiera desembocado en esto. De hecho en la música de SLAYER ha habido siempre muchos elementos Death, al menos desde "Hell awaits", y siempre he pensado que tras ese disco podrían haber tirado por la otra dirección y haber creado el paradigma del Death Metal, pero en su lugar crearon el del Thrash. En "Hell awaits", aparte de la temática lírica, la imagen personal y un ominoso ambiente de oscuridad, los riffs están a veces más próximos al Death que al Thrash, gracias a sus armonías "malévolas" y al uso indiscriminado del 'Diabolus in musica' que luego acabarían adoptando como título para uno de sus discos más controvertidos. CABAL hacen lo contrario, que es presentarse como un grupo Death para luego saltar atrás en el tiempo y recuperar muchas de esas armonías y melodías del Thrash que pueden darse tanto en un género como en otro y que constituyen la savia misma de un álbum como "Reign in blood".

Las líneas vocales guardan también reminiscencias de muchas de las del Araya de ambos trabajos, y además el timbre de Killjoy no es es absoluto ni gutural ni grave, como correspondería a un grupo de Death ortodoxo, pero las ejecuta con un gusto tal por la brutalidad y con una serie de inflexiones Death -no muy descaradas pero sí nítidamente diferenciables-, que logra integrar ambos registros a la perfección, igual que pasa con todos los demás parámetros del disco. Otro elemento que agregan al menú de "Reign in blood" es el de los blastbeats, discretos, ocasionales, pero dotados de una función que cumplen de maravilla y que consiste, por un lado, en afianzar esa naturaleza ambivalente del disco y, por otro, en reforzar momentos de especial violencia en cada tema, como la entrada de la voz en varios de ellos ("God complex", "Midian", "Images in blood"), logrando sorprender al oyente y dinamizar con muchísima eficacia la música. El disco es variado y tremendamente intenso, no muy original, todo sea dicho, y tampoco nada personal, pero intenso, agresivo y cañero lo es de sobra. Incluso se queda algo corto, con sus siete temas de los cuales uno es poco más que un interludio, "Khaos theory", y su poco más de media hora de música. Al menos esos seis temas son, como decía, muy variados y en general su duración tiende a alargarse y les permite recorrer un sinfín de ritmos y tempos, destacando en ello la final "Nocturnal reign", con sus ocho minutos de violencia sonora Thrash-Death. El inventario de recursos musicales se completa con unos solos normalitos pero eficaces y algunos pasajes con arpegios acústicos que crean ambiente, dos elementos más que ayudan a diseñar un disco ameno y cambiante. Ya para acabar, ignoro cómo sería la edición original de 1990, pero la reedición del año 2000 es un simple digipack sin libreto -aunque el sello lo publicite como 'lavish'-, sin fotos ni letras ni nada de nada, solo los títulos en la contraportada y la formación y un par de datos técnicos en la cara interior.

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